Cientos de zulianos asistieron este sábado a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, en donde la llamada Virgen Morena bajó de su trono y se unió a su feligresía, proveniente de todos los rincones de Venezuela, en un acto religioso lleno de alabanzas y cantos de gloria. La Bajada de la Chinita comenzó al son de la gaita de los Chiquinquireños, donde las personas rezaron a la patrona de los zulianos.
Desde tempranas horas de la tarde de este sábado, una multitud de personas embargadas por su fe mariana se apostaron en las adyacencias del templo de la Basílica ubicada en el Casco Central de Maracaibo, para recibir las bendiciones de la Patrona de los zulianos.
El acto inició con la solemne Eucaristía que estuvo presidida por monseñor Pietro Parolín, nuncio apostólico asignado por el Vaticano en Venezuela. Seguidamente, el retablo donde está plasmada la imagen de la Madre de Dios, empezó a descender de su nicho en un moderno tobogán electrónico con características similares a las del Puente Sobre el Lago de Maracaibo.
Cuando la Virgen llegaba a la plazoleta de San Juan de Dios, donde su pueblo la esperaba, una gran corona dorada descendió para posarse sobre el retablo de caoba; este acto simbólico, fue hecho para representar la coronación de la Virgen Morena que se dio hace 70 años.
Durante el acto religioso, La Chinita bajó de su altar, acompañada por 950 servidores e hijas de María -entre ellos 600 jóvenes y niños, así como también unas 150 integrantes del Comité de Damas- quienes junto al pueblo zuliano, veneraron con especial amor a su Santa Patrona mientras descendía hasta la plazoleta de la Basílica.
La tablita con la imagen de la excelsa madre, está recubierta por un manto rojo con soles bordados en hilos dorados y adornos de pedrería y cristales.
Con este evento, se marca el inicio de las actividades de la XLVII Feria Internacional de la Chinita, en las que además se coincide con la conmemoración de los 70 años de la Coronación Canónica de la Patrona de los zulianos.
Pasadas las 3:00 de la tarde de este sábado María González explicó que «yo vengo desde temprano, sin importar el sol, para conseguir un buen lugar y ver la bajada de La Chinita. Son muchos los favores que le debo».
