Nuevamente el público caraqueño apreció las inigualables voces de Il Divo, quienes por tercera vez pasaron por Venezuela para regalar su último espectáculo Il Divo & Orchestra, que han presentado en otros escenarios.
Los que asistieron al concierto, el pasado viernes, se conformaron con ver a sus ídolos musicales en la Terraza del CCCT, Caracas, donde la acústica no favorece a estos prodigiosos cantantes de ópera pop; quienes ante cualquier adversidad, sobresalen con sus destacados registros vocales, que embelesan a los asistentes.
El show comenzó a las 8:37 de la noche, cuando apareció en escena el director musical de la orquesta, Simón Chalk -quien vino con la agrupación- para dirigir a la imponente Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho Venezuela, cuyos integrantes se acoplaron de manera magistral a los intérpretes.
Luego de los solemnes acordes, hicieron su entrada, en lo más alto de las escaleras, el suizo Urs Bühler, el francés Sébastien Izambard, el español Carlos Marín y el estadounidense David Miller. Vestidos de negro llegaron para regocijarse en aplausos y comenzar su repertorio con el tema Come what may.
Una gran pantalla en el fondo mostraba algunas imágenes para acompañarlos con sus temas. El público suspiraba con cada uno de sus temas.
“Buenas noches Caracas. ¡Que chévere estar aquí de nuevo!”, dijo Sébastien.
Seguidamente, intervino Carlos: “Casi tres años sin venir. Para mí, estar aquí es como estar en casa. Lo que más me gusta de Venezuela son sus mujeres, son tan guapas”.
Agregó Urs: “Es un placer reencontrarme con ustedes con un nuevo show”, y cerró David: “Le traemos canciones del nuevo material. La primera canción que interpretamos fue de la película Moulin Rouge, ahora seguimos con Dove L’ Amore”, todos hablaban en perfecto español.
Luego se escuchó Adagio, Nella Fnatasia, Si tú me amas y Argentina. Con la interpretación de este último tema, el público se conmovió . Fue así como los caballeros de negro engalanaron una velada inolvidable, donde su histrionismo fue ovacionado.
“Muchas gracias. Disculpen mi mal español, pero quiero decirles que estoy muy feliz de estar esta noche aquí”, expresó el francés. El periplo continuó con Everytime-Passera Unchained Melody.
“Gracias. Para terminar la primera parte del show cantaremos algo de Frank Sinatra”, acotó Carlos, e interpretaron A mi manera (My way). Al finalizar, se tomaron de las manos, alzaron sus brazos y se retiraron del escenario a las 9:28 p.m. La productora anunció que había un intermedio.
Segunda parte
Luego de 20 minutos de pausa, los cantantes regresaron con otros trajes para interpretar la segunda parte del show. Siguieron con Senza parole y Melancolía.
De manera jocosa, Carlos comentó que él era el único soltero del grupo porque los demás estaban casados y con niños.
“Yo soy el único soltero y llevo una vida difícil, siempre rodeado de mujeres bellas”, dijo riéndose el español, afirmación que entusiasmó al público femenino.
Dijo que “detrás de un buen hombre, siempre hay una gran mujer”.
Luego interpretaron La vida sin amor, mientras otro de los cantantes tomó una cámara para filmar a sus seguidores.
Con una bandera de Venezuela que le regalaron, David expresó que ellos tenían cuatro mujeres muy importantes en sus vidas: “sus madres”, a quienes les dedicaban el próximo tema, Mama- Hallelujah, letra que interpretaron sentados en bancos.
“¿Les gusta el show?”, preguntó Seba, a lo que exclamó con emoción: “Te quiero Caracas”, y siguió Urs: “Yo también te quiero Caracas”. Luego se escuchó Crying, Ven a mí, Regresa a mí y Por qué tú.
Presentaron a sus músicos y la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho Venezuela, que fue aplaudida por los asistentes. “Gracias por este momento, siempre que venimos nos reciben con mucho amor y cariño. Los quiero Caracas”, dijo Carlos.
“Ahora viene el momento de despedirse”, señaló David, e interpretaron Somewhere. Se tomaron de sus manos y se despidieron.
Regresaron vestidos de frac para regalar un último tema, Time to say goodbye, y con la emoción a flor de piel, el público se levantó para despedir a los prodigiosos intérpretes, quienes ofrecieron dos horas de excelente música, se abrazaron y dijeron adiós a las 11 de la noche.
