Uno de los modelos educativos de enseñanza en el municipio Palavecino, ha sido la Escuela Bolivariana Miguel Renom, ubicada en el caserío El Mayal.
El año escolar pasado, debido a la excelencia académica de 36 alumnos, recibieron una beca completa por parte de Fundaescolar.
Asimismo, seis docentes representan la institución en un congreso educativo que se realiza en Argentina.
No obstante, las condiciones en la cual se encuentra la institución, son deprimentes.
La red eléctrica de un área importante del plantel dejó de funcionar luego del estallido del banco de transformadores.
Existe un aula a medio construir, vital para la matrícula que rebasa los 400 escolares.
La cancha deportiva, cuya losa cedió por el nulo mantenimiento, no está apta para ninguna actividad.
Los tableros para las prácticas de baloncesto son un sueño que alguna vez existió, y las arquerías de fútbol de sala, están desvencijadas por el tiempo.
El deterioro en general, lucha contra los principios que rigen una adecuada educación.
Entre culebras te vea
Uno de las preocupaciones más sentidas en la Escuela Miguel Renom, es la presencia constante de culebras, las cuales penetran a la institución a través de la cerca de alfajol que separa una montaña de maleza y los salones de clase.
En ese sentido, el profesor Alejandro Izaguirre, director de la institución educativa, declaró que existe alto riesgo por mordedura de ofidios, “aunque dentro del plantel, la maleza es casi nula, los alrededores son un bosque muy tupido”.
Una de las propuestas hechas por el Ministerio de Ambiente, es la construcción de una pared perimetral, edificación que se está gestionando por medio de la Gobernación de Lara.
-En lo que va de año escolar, hemos podido liquidar siete culebras, sin mencionar las que no hemos podido atrapar, acotó el docente.
Las cloacas se rebosan
Dijo que entre las carencias se encuentra la ejecución de un nuevo pozo séptico, dado que en la zona no existe red de cloacas.
Al llover, las aguas negras rebosan y se anega la institución, sin dejar de mencionar la cocina.
Por otra parte, Natanael Valdez, pasante de la Universidad Politécnica Territorial Andrés Eloy Blanco, en el área de Ingeniería en Higiene y Seguridad Laboral, indicó que elaboraron un proyecto en la escuela, detectando como primer riesgo el biológico, “por la contaminación que producen los pozos sépticos, presencia de ofidios, roedores y abejas, y la maleza.
-El segundo riesgo es asociado a las condiciones de seguridad por objetos dejados en las áreas verdes de la institución, afirmó.
Fotos: Luis Alberto Perozo Padua
