La Red de Instituciones Larenses considera que en la reforma del PDUL debe considerarse el problema del tráfico, hecho que afecta a la población barquisimetana y de Palavecino.
Barquisimeto, como metrópoli, es tema que constituye la principal preocupación para la Fundación Amigos del Patrimonio Cultural de Barquisimeto.
Sobre el particular, los arquitectos José Humberto Montoya y Harry Max León, presidente y director de estudios y proyectos respectifvamente de esa institución, se reunieron ayer con los integrantes de la Red de Instituciones Larenses, para dar a conocer los planteamientos que se vienen haciendo ante los organismos oficiales que tienen responsabilidad en la organización de la capital del estado Lara.
Consideran, en primer término, la necesidad de reformar el PDUL, el cual tiene fechas y normas para hacerlo.
No es cosa fácil, advierten, por cuanto cada año aumenta no sólo la población, sino que los problemas colectivos se acumulan.
Pero, al parecer, las autoridades no estarían entendiendo esta situación en forma adecuada.
Dicen los profesionales que si queremos de verdad planificar el desarrollo de la ciudad, hay que valerse del último censo y, desde luego, elaborar los análisis que sean necesarios para dimensionarnos y conocernos a nosotros mismos.
Al interior de la ciudad y sus alrededores existen límites vitales y funcionales, reales e inevitables pero, sobre todo, medibles, para poder manejarlos.
En ese sentido se refieren a las soluciones ante el problema del transporte, la vialidad y el tránsito en la capital de Lara.
La Fundación considera que se debe pasar revista a una serie de sistuaciones del transporte urbano, los cuales son superables pero no fáciles.
Resaltan la falta de profesionalismo para su abordaje y superación.
Se necesita una guía para un tratamiento profesional y técnico de cara a un problema secularmente dejado en manos improvisadas sin visión gerencial y, claro está, sin consideración al público usuario que se supone servir.
Las “colas” que se forman en las vías, las paradas improvisadas y el mal estado de las vías, que ocasionan un caos, amerita un profundo análisis.
Fotos: Ricardo Marapacuto