En distintos hechos fueron cometidos cinco crímenes entre la noche del 24 y la madrugada del 25 de diciembre. Tres de los hechos sangrientos ocurrieron en el municipio Iribarren y un doble homicidio en Jiménez.
Apuñalado
A las 11:30 de la noche del lunes 24 de diciembre murió Israel Antonio Morillo Pérez (30) tras ser apuñalado al menos en cuatro ocasiones.
Yanira Hernández cuenta que su hermano llegó con su esposa a la avenida principal del sector 2 de La Apostoleña. Ella se fue a su casa en el sector 4 de Los Pocitos y lo dejó con su familia.
Morillo Pérez llegó a la vivienda donde había como seis personas. Le ofrecieron una bebida pero no quiso; de repente escucharon que la abuela gritó y cuando se asomaron el hombre estaba tirado boca arriba en el piso de la vivienda.
Hernández informó que la víctima ya venía herida, pero otras versiones indican que aunque el fallecido estaba lesionado, llegó un sujeto a la vivienda le dio tres puñaladas más y se fue corriendo.
Aparentemente, cuando la esposa del fallecido llegó a su rancho, lo encontró tumbado y en ese instante se enteró que lo habían matado. Todo parece indicar que se trata de una venganza.
Morillo Pérez tenía problemas de consumo de droga, era el quinto de siete hermanos y con su muerte deja una niña de 9 meses de nacida y su esposa con 5 meses de gestación.
En el norte
A la 1:30 de la mañana del martes 25 se escucharon alrededor de nueve detonaciones; algunas se confundían con el sonar de los fuegos artificiales.
Los vecinos de la calle 7 con carrera 6 del sector II de Prados del Norte, se asomaron y vieron a un joven mal herido. Se trataba de Yonny Javier Romero Rodríguez (21) a quien trasladaron hasta un centro asistencial y tras su ingreso al Hospital Central falleció. Del hecho lo único que se conoció es que llegó un grupo de sujetos y le disparó. El hombre se ganaba la vida como caletero en un establecimiento en el centro de la ciudad.
Eran hermanos
A las 4:50 de la madrugada de ayer fueron asesinados en la calle 24 con avenida Pedro León Torres, de Quíbor, municipio Jiménez, José Casimiro (19) y Danny José Flores Báez (22), ambos hermanos y quienes trabajaban como charleros en Barquisimeto. Su zona era la calle 32.
Ambos pasaron la Navidad compartiendo con sus novias y cuando iban a su vivienda, ubicada en el barrio Primero de Mayo de Quíbor fueron emboscados y baleados.
José era conocido como «Los Colinos» recibió alrededor de cinco disparos en la cabeza y en los brazos. A Danny lo llamaban de cariño «Kiko o Cachete». Le apreciaron balazos en la frente, en el ojo y brazos.
No fueron despojados de sus pertenencias. Su hermana Maryeri Báez comentó que les extraña lo sucedido, porque ellos no tenían problemas con nadie y mucho menos enemigos.
Lo mataron por mirarlos
A las 5 de la madrugada la celebración navideña se convirtió en tragedia, luego de que cuatro sujetos armados acabaron con la vida de un vigilante en el sector El Roble de Sabana Grande, al norte de la ciudad. Los delincuentes se repartieron, dos entraron por la parte de adelante, los otros por un lado de la morada en donde estaban tres hermanos, el padre de ellos y su amigo Erickson Marcos José Oropeza Barrios (22).
Uno de los sujetos portaba una Mini Uzi o así la describió el testigo, a quien apuntaron en la parte de afuera junto a Oropeza Barrios, quien era vigilante.
A ellos los metieron a la vivienda y en la parte de la cocina, junto a tres miembros más de la familia, los acostaron en el piso. A uno de los hermanos le dieron un cachazo, los revisaron a todos y los despojaron de sus pertenencias. Los sujetos gritaban que dónde estaban las armas y el dinero; respondían que no había nada.
Oropeza Barrios, en medio de los nervios, volteó y le miró la cara a uno de los delincuentes, quien, rabioso, partió una botella de cerveza y lo golpeó en la cabeza, pero el hampón se cortó la mano.
«Viste chamo por tu culpa me corté», le dijo el delincuente al vigilante y acto seguido le disparó.
Uno de los presentes pensó que el maleante había disparado hacia el piso, pero escuchó a la única dama decir que a Oropeza Barrios lo habían herido.
Los delincuentes, todavía adentro de la vivienda, amedrentaban al dueño de la casa. Querían llevarse un carro blanco que estaba en el patio, pero el mismo no rodaba por lo cual terminaron apoderándose de un camión Ford 350 verde, de placas 741 XBC. El vehículo tenía problema en la suichera y el camión se apagó. Terminaron tumbando la cerca de la morada y parte del tendido eléctrico del lugar.
Los miembros de la familia, al igual que los vecinos, salieron y vieron como los maleantes escapaban. Antes de irse los apuntaron y dispararon en dos ocasiones en contra de los presentes. Por fortuna no hirieron a nadie.
Oropeza Barrios, no soportó la herida de bala y murió.
El joven vigilante era el mayor de cuatro hermanos y con su muerte queda huérfano un bebé de 3 meses.
Funcionarios del Eje Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Lara, comenzaron con las respectivas averiguaciones de los cinco crímenes ocurridos entre la noche del 24 y madrugada del 25. Las armas utilizadas fueron blancas y de fuego.
Cabe destacar que en comparación con otros años los hechos sangrientos redujeron considerablemente. El fin de semana fueron diez los homicidios registrados, ocho en Iribarren, uno en Simón Planas y otro en el municipio Jiménez.
Ultima Hora
Al cierre de esta edición se conoció de una persona que perdió la vida de forma trágica en choque ocurrido en la avenida Libertador, adyacente al monumento El Obelisco
Fotos: Ángel Zambrano
