Reaparece la tortura en Barquisimeto

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La prensa de estos días, asociando sus divulgativos mensajes a una sistemática campaña de defensa y protección de los derechos humanos, vulnerados y ultrajados por la acción represiva de cuerpos policiales y Guardia Nacional, contra jóvenes estudiantes, en su mayoría, cuando en una actividad completamente pacífica, solicitaban el conteo de votos, del reciente proceso electoral, para elegir el primer magistrado de la republica.
En los hechos que se denuncian, no solamente, se recurrió al empleo excesivo de bombas lacrimógenas y de perdigones, accionados éstos, casi a quemarropa, sino también, que el vejamen inferido, por su gravedad y crueldad tipifican la tortura, definitivamente erradicada por la histórica declaración de los Derechos Humanos de la ONU, realizada en Paris, el 10 de diciembre de 1948.
También, ese decisivo rechazo de la tortura, avalado por la organización mundial de la defensa de los derechos humanos, se incorpora igualmente a nuestro Derecho Público Interno, por ser el Estado Venezolano, signatario de este pacto, de cabal adopción de las normas que a nivel universal, propenden exhaustivamente, la dignidad de la persona humana. Dentro de esta concepción, tiene relevancia, que la Constitución Bolivariana de Venezuela, prohíba sin excepción, el empleo de gases tóxicos y otros instrumentos que causan profundo daño y someten a vejamen inaceptable a los ciudadanos, cuando hacen uso de sus derechos irreprimibles.
Una justa alarma ha suscitado en el seno de la sociedad estas torturas aplicadas con absoluta violación de disposiciones legales, que deben ser conocidas por los autores de tan vejatorio trato, que se hizo sentir con tanta magnitud, que el excelentísimo Señor arzobispo de Barquisimeto y el señor rector de la Universidad, fueron al lugar de la retención y a enterarse de la situación ocurrida. Dentro de similar propósito, Cofavic, Provea, el Centro de Derechos Humanos de la UCV y la Cátedra de Derechos Humanos de la UCLA, han emprendido otras gestiones de solidaridad y cooperación, conforme a los principios que orientan la misión de estas importantes instituciones. Por su noble misión: La iglesia no es adicta a regímenes de fuerza.
En carne propia padecimos los efectos atroces y depredadores de las torturas y por esta razón, mi palabra se yergue incontenible y la capacidad mental de que soy capaz se pronuncia altiva para rechazar este vejamen inferido a la dignidad de la persona humana. Muchas veces desperté al rescoldo de la cámara fatal, al estridente grito de tormento y dolor, por el desgarramiento de los órganos más sensible, por el rayo de electricidad, poniendo en trance de pavor a todo el organismo, yo no cesaba de oír el chasquido de la peinilla sobre la sudorosas espaldas y sentí la brusca caída del rín, a quienes buscaban todas las formas para conservar el equilibrio en una noche tormentosa y vil. Por eso no puedo avenirme con la tortura que azota el espíritu y sangra el alma.
Para expresar unánime rechazo a la cruel tortura, identifican sentimientos el obispo y el rector. No en balde, la Universidad nace de la Iglesia. Los vocablos: cátedra, decano, alma parens, toga, son de ancestro eclesiástico. Iglesia y Universidad: alma y cerebro de los pueblos. A la constitución y desarrollo de la Universidad, está muy ligada la inmensa obra civilizadora de la Cátedra Romana. Con afectiva dedicación y entusiasmo realizador, los Sumos Pontíficos, dispusieron apoyo y protección a la naciente institución sede de la cultura superior. Goza de reconocimiento y de efusivo encomio, la trascendental actitud de su Santidad Gregorio IX, quien en el año de 1.231 de nuestra era (alto medievo) con afortunada visión, en su histórica Bula Parens Scentiarum, delineo los fundamentos de la original concepción de la Autonomía Académica, con lo cual adquirió impulso inusitado la enseñanza universitaria, pues encuentra ahora amplios horizontes la libertad de cátedra, indispensable para la cabal expresión de las ideas y libre examen de los conocimientos. La Autonomía, amparaba la Universidad del Feudalismo insurgente y de la hegemonía de una balbuciente inquisición.
Bajo custodia del Comando 47 de la GN, estuvieron los jóvenes victimas de tan atroz percance, como comentario de la comunidad. En misiva al Mayor General Juan Francisco Romero Figueroa, con data de 24-04-13, publicada en el Diario El Nacional, de la honorable señora Mercedes López Contreras de Blanco, hija del General Eleazar López Contreras, fundador de la GN, le pide, sepa valor y honrar el lema: “El Honor es mi Divisa”, distintivo de este cuerpo castrense. Con similar propósito, hacemos esta exhortación: Señor Comandante del Comando 47 de la GN, acantonado en la ciudad, por su honor militar, por su esposa, por sus hijos, bajo ninguna contingencia permita Ud., que las armas bajo su mando sean manchadas ignominiosamente, por el silicio inclemente de la tortura, inferida como escarnio a la dignidad humana.

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