De nada han servido las numerosas gestiones que padres, representantes y habitantes en generall de Tintorero han hecho ante el Ministerio de Educación para que les sea construida una edificación donde funcione con normalidad el liceo.
Desde hace varios años la institución educativa de media ha venido operando en una vieja casona que en condición de préstamo les cede un particular, siempre con la condición de que para cuando se acerquen las trasdicionales ferias del poblado deben desocuparla pues la misma se convierte en un mercado.
Dirigentes sociales como Nelson Pineda han hecho gestiones ante FEDE para que se apruebe el presupuesto necesario que permita la construcción del instituto oficial de educación media pero hasta ahora no se ha recibido respuesta positiva alguna.
Vecinas como Nemecia Vargas no entienden las razones por las cuales, a pesar del constante incremento de la matrícula, desde el gobierno nacional no han tomado en cuenta la necesidad de que Tintorero cuente con un moderno liceo donde los jóvenes de la parroquia puedan recibir clases de educación media en buenas condiciones, sin tener que trasladarse a Quíbor o a Barquisimeto.
En la actualidad esos jóvenes reciben clases hacinados en oscuros salones, sin aire suficiente y, en general, sin las condiciones necesarias para algo tan importante como es la educación.
Tampoco tienen una cancha propia donde realizar las prácticas correspondientes a la educación física o deportes.
“De Tintorero solamente se acuerdan cuando vienen las ferias, pero después se olvidan de sus necesidades como el edificio para su liceo”, afirmó Vargas.
Algunos vecinos se han contactado para divulgar entre los turistas que asistan a la venidera feria las necesidades que, como el liceo, confronta la población, a fin de llamar la atención del alcalde Plaza o del gobernador Falcón sobre el particular.
“Para que vean que Tintorero no sólo es feria o fiesta sino que también tenemos problemas que no nos son atendidas por los organismos a los que corresponde”, puntualizó Nemecia Vargas.
