Lo hemos dicho antes: Enterraron el socialismo con Chávez, y la winstonvallenización de la revolución ha comenzado. Cambiaron a Alí Primera por Roque Valero, a La Hojilla por la Guerra de los Sexos, a los colectivos por actores porno y prepagos, y hasta la hija pródigo del comandante supremo cambió al nieto de Allende por el farandulero Coco. El Gobierno prefiere reunirse con los empresarios antes que con los trabajadores, al tiempo que anuncia sin desparpajo el cobro de las viviendas de la GMVV y el inminente aumento de las tarifas de la energía eléctrica. Ya nada es igual. Chávez quedó para cantar el himno.
De nada valió esa última alocución de Chávez en la que ungió a Nicolás Maduro por encima de Diosdado Cabello, ordenando que no dejaran a este último llegar al poder ni por treinta días para convocar elecciones en caso de ausencia absoluta antes de la juramentación. Fue en vano la advertencia. Maduro es tan malo que ha permitido que Diosdado sea el que maneje el poder de forma directa, como bien lo denuncia Mario Silva en sus grabaciones y correos. Ni siquiera disimulan. Maduro no es capaz de reunirse con su Alto Mando Militar sin la presencia de Diosdado Cabello, como sucedió el pasado lunes. Si un Comandante en Jefe no puede hablar con la cúpula castrense sin un chaperón o interlocutor, simplemente no gobierna. Además, cabe recordar que Diosdado ya no es ni militar ni ministro, sino un diputado del poder legislativo, eso es todo. Así que, ¿Con qué condición participa en esas reuniones? ¿Cuál es el cargo constitucional que le permite a Diosdado ser el intérprete de las FANB? Su única condición es ser cabeza de un poder distinto al ejecutivo como es el legislativo, al tiempo que es militar retirado. O sea, que actualmente ni forma parte del Gobierno ni de las FANB, eso que nos quede claro. Entonces su protagonismo castrense y su influencia en el gobierno es inconstitucional y solo puede responde a una circunstancia de facto que validaría lo dicho por Mario Silva en cuanto a sus planes de golpe de Estado (No sería la primera vez). ¿Es ya Maduro un rehén de Diosdado? En esa reunión con Cabello y el Alto Mando, Maduro dijo algo realmente revelador, al dirigirse a Diosdado como “jefe del PSUV”. ¿Quién manda a quién?
La “derecha endógena”, como fue bautizada por el difunto Luis Tascón, está gobernando al país a base de amenazas, extorsión, represión y compra de conciencias. Por eso no es de extrañar que al igual como pasó con los bancos hace tres años, ahora haya una oleada de boliburgueses comprando medios de comunicación con el padrinazgo oficial. En eso consistía el socialismo, en sustituir la burguesía vieja por una nueva élite de millonarios engordados con los dólares de PDVSA a la sombra de la corrupción y el tráfico de influencia. Desde el Plan Bolívar 2000 hasta la fecha la corrupción verde es incuantificable. Es la dictadura del fusil y del billete. Mientras tanto, el pueblo padece la inflación más alta del mundo y unos niveles de escasez vergonzosos, que se maceran con la inseguridad y el desempleo para conformar una crisis social sin precedentes en medio de una bonanza petrolera que se terminó quedando en los bolsillos de unos pocos. Ahora la oligarquía son los enchufados, ya tienen los bancos, los medios y el monopolio de los dólares. ¿A quién le van a echar la culpa? Se quedaron con todo y los pobres siguen igual.
Queda claro que la última voluntad de Chávez no se está cumpliendo y que estamos en manos de una mafia cívico-militar que pretende adueñarse del país para beneficio económico particular. La corrupción es inocultable y Maduro no tiene liderazgo para poner orden ni en su casa. Lo del Gobierno de Calle es la manera de disimular su esterilidad política. Es el momento de mantenernos firmes ante los estafadores, aprovechando sin complejos todas las oportunidades y escenarios. Las municipales nos brindan la oportunidad de ganar las principales alcaldías del país y de demostrar la ilegitimidad del Gobierno. Convirtamos esas elecciones en la verdadera auditoria, combatiendo la trampa en el terreno y compensándola con votos. Tenemos unidad y liderazgo. Tenemos futuro. Vamos con todo. Aquí nadie se rinde.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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