El sentido del olfato de los trabajadores de la Zona Industrial III de la ciudad de Barquisimeto, se ha acostumbrado tristemente a los fétidos olores generados presuntamente por un galpón incendiado hace aproximadamente tres meses.
Según cuentan los empleados, la situación representa un problema de salud pública, debido a la gran cantidad de moscas que emana la construcción demolida y los casos de afecciones respiratorias que son cada vez más consecuentes.
“Se siente un olor como a carne podrida que se intensifica en horas del mediodía. En ocasiones, es inaguantable la pestilencia a tal punto que se me van los clientes”, comentó la ciudadana Aracelis Gutiérrez, madre de familia y dueña de un kiosko de desayunos.
Informó que atacan la situación con productos desinfectantes para atenuar la intensidad del olor, y en su efecto, las moscas que genera. Aún así, prosigue, levanta su negocio porque es el sostén de su familia.
De esa misma forma se pronunció otra afectada, la comerciante Rosa Alvarado, quien indicó que los galpones almacenaban grandes cantidades de materia prima usada para la preparación de comida rápida, lo cual intuye sea la causa del problema.
“Al parecer demolieron la estructura que quedaba, pero no retiraron los escombros. Tengo un negocio de comida y las ventas han descendido porque los clientes no quieren comer aquí”, expresó.
Sin embargo, Juan Alvarado, trabajador de la zona, declaró que el efecto de las lluvias ha disminuido la incidencia de la peste en el sector.
Los consultados exigieron la presencia de efectivos adscritos a Sanidad con el fin de evaluar la validez de las denuncias.
