Después de una larga jornada que cubrió casi los cien años, don Luis Gallardo se ausenta definitivamente dejando atrás una vida plena de alegrías, satisfacciones, sufrimientos y las carencias naturales de la mayoría de los seres humanos.
Sin embargo, la diferencia la marcó desde muy temprana edad cuando decidió a motus propio plantarle cara a las dificultades con la idea de superar los obstáculos y hacerse un hombre en una Venezuela que luchaba por salir del oscuro sótano donde la había sumido la mano dura y poderosa de Juan Vicente Gómez.
Nació un 23 de enero de 1917, a las 10 de la noche en un pueblito llamado Sabana Grande, perteneciente al Distrito Betijoque del estado Trujillo donde, entre otras cosas, tenía una pequeña iglesia, una plaza y un pozo de agua donde se surtían del preciado liquido los 500 habitantes de la zona, la mayoría dedicado a labores agrícolas.
A los ocho años se fue a vivir con sus abuelos a Mene Grande, en el estado Zulia, el primer campo petrolero de importancia en el país donde comenzó a familiarizarse con los ejecutivos y trabajadores de la naciente industria. A los 15 años, un tío suyo que trabajaba en la Creole lo presentó al Superintendente, un ingeniero inglés, con la esperanza de que lo empleara.
Gallardo contaba en su libro de Memorias que a los 15 años fue designado Office Boy en la oficina de Mr Davidson, comenzando de esa manera su vida laboral que se prolongó casi hasta de su muerte.
“Podrán hablar bien o mal de mí, pero nadie me podrá negar que he sido toda mi vida un hombre de trabajo y que he tratado de ser una persona útil para la sociedad•”- decía con un gran orgullo.
Su primer sueldo fue de 30 bolívares a la semana, una “librita” y dos bolívares.
A los dos meses de estar en la oficina de Mr Davidson, Gallardo pasó como aprendiz a los talleres de soldadura donde no solamente ejercí como soldador, sino que aprendí el inglés ayudado por el hijo del Jefe de Tornería.
Trabajando en Mene Grande, el jovencito Gallardo se entera del fallecimiento de Juan Vicente Gómez, una noticia que sacudió al país por las implicaciones políticas que dejaba. Quizás por esa circunstancia los allegados al Benemérito atrasaron la fecha del fallecimiento trasladándola al 17 de diciembre para que coincidiera con el aniversario de la muerte del Libertador.
Después de supo que Juan Vicente Gómez había fallecido el 13 de diciembre, cuatro días antes del anuncio oficial.
(Cualquier similitud con lo actual debe ser mera coincidencia)
La llegada al poder del General Eleazar López Contreras produjo grandes cambios para evitar – así lo explica Luis Gallardo en sus “Memorias” que aparecieran de nuevo las “montoneras que Gómez había aniquilado. Igualmente se hicieron visibles los grupos de oposición constituyéndose en todos los pueblos del Zulia Juntas Patrióticas de Jóvenes. En Mene Grande se designó como Presidente a Luis A Gallardo.
Era la primera vez que incursionaba en la política, una actividad que llegó a apasionarlo y donde tuvo una destacada actuación.
“El 19 de abril se prepara un mitin en la plaza Bolívar de Mene Grande donde tuve la oportunidad de intervenir junto a otros dirigentes juveniles y al terminar fuimos detenidos por una patrulla militar y llevados a un cuartel. Después de dos días nos dieron la libertad no si antes advertirnos que no nos metiéramos en política y que no debía hablar mal de Gómez a quien calificaron como “salvador de la Patria”. (¿Otra coincidencia?)
No cesaron las actividades políticas de Gallardo. Casi en la clandestinidad militó en el Primer Sindicato de Empleados y Obreros Petroleros despertando una gran inquietud entre los dirigentes de la petrolera. El ventajismo de las compañías extranjeras había generado durante el gomecismo una sucia historia de intriga, sobornos y fraudes
Cuando se constituye finalmente el Sindicato Luis Gallardo ocupa la Jefatura de Reclamos del Sindicato y eso le costó el puesto en la Creole. Sin embargo la lucha por los trabajadores se mantuvo durante un tiempo hasta que un piquete militar pagado por el Superintendente de la empresa ordenó allanar un cine donde realizábamos una asamblea- Esa noche hubo varios obreros muertos a causa de disparos de la tropa. Eso fue el 24 de junio de 1936.
Fue entonces cuando se incrementó la represión a sabiendas que se estaba fraguando una huelga petrolera promovida por varios dirigentes del sindicato, entre ellos el propio Luis Gallardo, la cual, al estallar, encontró un gran apoyo en toda Venezuela a pesar de que López Contreras la declaró ilegal. A los 40 dìas, la huelga finalizó sin llegar a ningún acuerdo.
Al regresar al estado Trujillo, Luis Gallardo fue detenido nuevamente por su militancia sindical, pero logró escaparse de la cárcel gracias a un Jefe Civil afecto a la causa de los trabajadores.
Después de muchas peripecias, Luis Gallardo llega al estado Lara en 1938, unos zapatos viejos, una muda de ropa y 600 bolívares y una tarjeta de recomendación dirigida al doctor M-A Romero, padre de Miguel y Juan Romero Antoni, dirigentes del partido Acción Democrática en la región. El Dr Romero le presentó a Manuel José García, dueño de los cines Ayacucho y Arenas solicitándole a este un empleo para Gallardo.
Su primer empleo fue como “cartelonero”, es decir, la persona encargada de colocar los afiches de las películas que se proyectaban en los cines y los tres meses ascendió a taquillero hasta que aprendió a manejar los proyectores de los filmes .
En 1939 inicie la aventura empresarial en sociedad con un amigo de Mene Grande. Se trataba de condicionar con dos parlantes y un equipo de sonido para recorrer la ciudad voceando propaganda comercial y a principios del año 40 el señor Manuel García lo encargó de la administración de una nueva sala de cine, el Teatro Lara.
A la muerte de García, Gallardo terminó por ocuparse de los negocios cinematográficos y pudo traerse al resto de su familia para Barquisimeto.
Para el año 1941 ya Gallardo administraba cinco salas, Le pagaba a los dueños el20% de las entradas brutas y más tarde le ofrecieron la distribución de las películas de los grandes estudios estadounidenses. Poco a poco fue creando una gran cadena de cines que cubrían las necesidades del público de Lara, Portuguesa, Yaracuy y Barinas.
En una de varias de las entrevistas que este reportero pudo hacer, Luis Gallardo se manifestaba realizado como empresario, especialmente en los negocios que tenían que ver con el cine.
En la década de los 60, la época dorada del cine mexicano, también lo fue para Luis Gallardo, quien no dudó en contratar a las grandes figuras de la pantalla de plata como Pedro Infante, Tony Aguilar, Yolanda Montes, la Tongolele, Arturo Soto de la Marina, El Chicote” , Rosa de Castilla, con quien tuvo un corto, romance, Luis Aguilar, Los Panchos y otros con taquilla completa.
Sin duda alguna, Pedro Infante se convirtió en el Midas de Luis Gallardo. El 24 de enero, el modesto campo de aviación de la ciudad se llenó de gente para recibir al cantante mexicano. A las 11,30 de la mañana aterrizó la nave y al abrirse la portezuela una enorme ovación recibía a Pedrito, como le decían sus admiradoras.
En un Cadillac descapotable, propiedad de Luis Albis viajaban hasta el Hotel Lara, Infante y Luis Gallardo. Durante 8 días permaneció Pedro Infante en Lara y entre su itinerario local estuvo en Sanare y en Cubiro
Además de distribuidor de películas, Gallardo incursionó en otros campos; fue empresario taurino, de boxeo, de lucha libre y de algunos circos que se presentaron en la ciudad.
