En Venezuela la escasez de medicamentos oncológicos cada vez se hace más notoria, al punto que muchos pacientes se han visto obligados a interrumpir un tratamiento del cual dependen sus vidas.
El doctor Jorge Uribe, director de la Clínica de Mamas de Barquisimeto destacó que el país ha atravesado por diferentes etapas: la primera en la cual se ofrecían medicamentos de alta calidad a los pacientes de manera gratuita a través del Instituto de los Seguros Sociales, posteriormente la calidad de estos medicamentos bajó considerablemente, generando reacciones alérgicas y que no cumplían con los resultados, mientras que actualmente ni siquiera esos medicamentos se encuentran disponibles.
“Esta es la etapa más grave por que los medicamentos no se encuentran. Sabemos que el tratamiento de cáncer de mama es efectivo con quimioterapia, pero con el uso de tres drogas con lo cual se obtienen resultados más eficientes. La ausencia de una de ellas, no completaría el tratamiento”.
Cabe destacar que estos tratamientos no pueden ser interrumpidos, pues representan una administración de alrededor de cinco meses, de acuerdo al cáncer y cada paciente.
“Tratamos de adquirir los medicamentos a través de Fundamama con compras a distribuidores directos para poder beneficiar a nuestras pacientes, pero en ocasiones hay muchas que no logran adquirirlos y están desesperadas por encontrar su tratamiento”.
Una situación que ha sido denunciada por diversos representantes de la lucha contra el cáncer y que no ha visto una pronta solución.
Valioso tratamiento
Por segunda ocasión, la Clínica de Mamas de Barquisimeto es reconocida con el Premio Nacional de Mastología Dr. Victor Brito, un reconocimiento de la Sociedad Venezolana de Mastología a los trabajos de investigación más destacados que se presentan durante la realización del 12vo congreso de esta organización realizado en Maracaibo.
El doctor Uribe explicó que entre los trabajos presentados destacó el relacionado con los tratamientos de tumores luminales B con inhibidores de aromotasa mediante la evaluación del comportamiento del KI67.
“Es un trabajo muy importante, pues en todo el mundo hay muy poca experiencia con este tratamiento, que trata los tumores luminales B con hormonas y no con quimioterapias, dando los mismos resultados positivos”.
