Parafraseos

•Este es un gobierno de película y experto en montajes. Sólo que las butacas le van quedando vacías. La gente ya se sabe de memoria la trama
•Se creó el Viceministerio para la Suprema Felicidad. ¡Qué barbaridad! Alguien dijo que la felicidad es como si uno se hiciera pipí en los pantalones: todo el mundo es capaz de notarlo pero uno es quien siente su calorcito
•Yo diría que felicidad es aprender a rascarse en donde a uno le pica sin sentir remordimiento, pero este viceministerio es otro cuento chino. Parecido al de la novia china, que por “equivocación”, en su primera noche de boda, durmió con el padrino de la boda y no con su novio
•No me juzgues porque dude pues hasta Cristo en su momento lo hizo. La duda siempre será saludable si te permite creer para crecer
•Atención trasnochadores de oficio, está comprobado que la vejez llega más temprano mientras más tarde nos acostamos
•Una amiga lectora nos pide que denunciemos las irregularidades de la línea aérea Tiara Air Aruba donde viajó recientemente Caracas-Fort Lauderdale-Caracas con escala en Aruba. En su opinión, tanto el vuelo de ida como el de vuelta fueron ¡de sastre mayor! con “remiendos” por todas partes. Hasta el tren de aterrizaje tuvo que ser bajado manualmente en una ocasión. Y sin luz al final del túnel, porque hubo constantes y sonantes cancelaciones de vuelo y retardos. Tardó cinco días para hacer el recorrido ida y vuelta ¡Ni que  hubiese ido a pie! Creo que “Tiara a cualquiera vara” y  con esa vara le van a medir
•Una mentira conduce a otra, y a otra, y a otra. ¿Por qué no oficializarlas creando el Ministerio Popular Para la Mentira? ¡Manos a las (s) obras!
•Algo huele a podrido en Venezuela porque se ha pasado de maduro
•¿Qué pastillita le habrán dado a Juan pueblito que no despierta de su letargo?
•Yo tuve un alumno con tan mala ortografía que escribía la palabra “cajón” con “g”. La leía y se reía
•Transbarca es un medio de transporte atravesado porque transita por la calle del medio y se ha convertido en la calle de la amargura
•La corrupción entra por la puerta grande y sale despavorida por la pequeñita de atrás
•Ojalá el papel del gobierno fuese-al menos- el de  papel “tualé”. Nos ayudaría a resolver un gran problema
•Vivimos en un mundo de espías porque todo el mundo desconfía. Edward Snowden no es el único traidor destapador de ollas
•En las escuelas entran los malandros y agreden a los maestros. En los hospitales a los médicos y enfermeras. Faltaba que entraran en las iglesias. Lo hicieron en una iglesia en Valencia el domingo pasado. Les robaron de todo menos su fe
•Las compañías francesas deben pagar una multa si en el nombre de las mismas aparece una palabra inglesa. Aquí más bien abusamos de ellas. Si yo montase una fábrica de empanadas, no tendría caché si le pusiese “Las Empanadas de Ramón”; más atractivo tendría  “Ramón´s Empanadas”
•Ya que aquí casi nadie oye a nadie, vale la pena hablar solo a ver si nos prestan atención
•La anécdota de hoy tiene que ver con eso: hablar solo. Un día buscaba afanosamente un producto en un supermercado (donde todo antes era encontrado) y oigo que alguien dice mi nombre. Me le acerco, le saludo a ver qué quiere, y me responde de mala manera:“No es con usted, señor”. Muy apenado continúo en mi búsqueda de lo que no encontraré. De nuevo, oigo el mismo nombre como si alguien me llamara, pero me hago el loco (al perro macho lo capan una sola vez. No me va a pasar de nuevo) me digo para mis adentros. Sin embargo, la persona continúa  llamándome, y hasta me tutea familiarmente: “Epa, Ramoncito, como  que los años te pusieron sordo”. Era un ex –compañero de estudios a quien tenía tiempo sin ver. Le expliqué lo que me había pasado. Ahí fui donde me enteré de que es posible hablar sin nada en las manos, con un  aparato invisible, gracias, por supuesto,  a los adelantos tecnológicos. Me estaba desayunando con esa información. ¡Y yo que pensaba que la gente  ya estaba  demente hablando sola públicamente! Pero la tecnología no nos va a ganar la batalla. Estaremos rodilla en tierra como el chavismo pero por una causa menos excluyente: entender a la gente cuando te habla directamente y no pensar que se ha vuelto loca
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