Llegó el mes de diciembre, mes de la Navidad, bienvenido el mes de la alegría, de la paz espiritual, cuando nos debe contagiar el amor y la alegría propia de la Navidad, de bienestar espiritual, de brindar por la paz y la prosperidad de todo el país. En nombre de Dios nos vaya bien a todos, nos enseñe el camino del amor, la unión y la prosperidad, cambie nuestras mentalidades para bien y en positivo, que seamos iluminados a la hora de tomar una decisión, que se respeten las ideas y la creatividad que cada quien tome sus propias decisiones.
En bien del país y de todos los que los habitamos, que los que tengan proyectos que beneficien al país sean apoyados así no coincida con ideologías, que no han dado resultado, pensemos todos en producir en el país y para el bien del país, que regrese la confianza, el ánimo, la autoestima, el deseo de trabajar, que cese la confrontación y reviva la fe, la fortaleza, la convivencia, que este año 2014 sea para emparejar los entuertos que por culpa de pocos nos tienen angustiados y torcidos.
Despedimos el año 2013 con cierta melancolía, sobre todo para los que no logramos nuestros proyectos que fueron frustrados debido a lo tormentoso y difícil que resultó este año, hasta buena parte de las ilusiones y hasta un poco el ánimo, por razones que uno se las tiene que tragar para así seguir el mismo comportamiento de vivir, actuar y escribir en positivo y llegar hasta el extremo de hablar bien hasta de lo malo, pero como dice el viejo dicho “lo mejor es lo que pasa”, ”y en el camino se enderezan las cargas”, “para el mal tiempo buena cara”.
Se va el año 2013, para mí y para otros deja fuertes secuelas que nos atormenta y nos hace sufrir, pero no hay tiempo para los lamentos, lo asumimos como un varón sin reserva de nuestras debilidades, como los varones que orgullosamente derraman lagrimas en publico y jamás hacen pucheros escondidos, lo que se ha ido es porque no te pertenece y nada de lo del mundo es para siempre, por lo tanto hay que evitar el apego, no acostumbrarse a lo que no es de uno, por ello debemos despedir el año 2013 triste pero con dignidad, abriéndole los brazos y el corazón al próximo año, que nos traiga cosas buenas para todos e incluso para los crueles que nos han hecho sufrir.
Un ruego a Dios, para que la gente sobre todos los jóvenes que son casi el 60% que no llega a los treinta y cinco años despierten, que trabajen e impongan su talento y su creatividad, el país es de ellos, están en la obligación de luchar por el en una forma pacifica, demostrando su talento en busca de la armonía, la paz y la prosperidad, que esto se impongan ante los que están mal aconsejados y tienen puesta la mente en ideologías frustrada y la fe donde no debe de estar, hay que recordarles que la fe ciega es peor que la falta de fe, hay que luchar aportando todos los esfuerzos en aras de que nuestro país pueda exhibir una maravillosa ventana al mundo, donde todos seamos portadores de construir sueños con la esperanza de que esto sea rápido, pues sabemos que no hay nada tan desesperante como la calma.
Unidos todos por la producción nacional
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