Del Guaire al Turbio – Habemus líderes

Todos los días le pido a Dios un presidente legítimo, porque de ilegítimos estamos hasta la coronilla. Lo que menos me importa de las ilegitimidades es que sea colombiano, total, el Libertador quería que fuéramos la Gran Colombia. Pero sí me importa éste porque no sirve para nada. Si me tengo que calar un presidente colombiano, por favor, hermana república, te devuelvo al podrido y me mandas a Álvaro Uribe. ¡Claro! Te tengo que pagar algo encima, mucho, porque pelo a pelo sería un tremendo negocio para nosotros, pero para ustedes… no, los colombianos no son tontos.
Éste, su antecesor difunto, junto con el Dado -la primera sílaba no le cabe- y otros, son una maravilla para fabricar líderes… de la oposición. En su momento encarcelaron a Henrique Capriles Radonsky  y lo convirtieron en exitoso candidato presidencial. En el primer trimestre de 2014 –ahora van acelerados- también con cárcel y persecución tan mezquina como injusta, ya fabricaron dos más: Leopoldo López y María Corina Machado. ¡Vaya, qué exitosos son! Los crean finos y los dejan listos para la contienda. Les doy una lista para que poco a poco los vayan puliendo: Yon Goicoechea, Stalin González, Carlos Ocariz, Freddy Guevara, Roderick Navarro, David Smolasnsky, Carlos Vecchio, Alfredo Romero, Diego Scharifker, Gaby Arellano, Juan Requesens, Yeiker Guerra… y me quedo corta. Habemus líderes.
Esta gente y en general el movimiento estudiantil, están demostrando que Venezuela no quiere esta dictadura y se han alzado contra ella. El primer paso ya está dado. El segundo es hacer huir, despavoridos -después los repatriamos para juzgarlos- a todos los actuales personeros del gobierno y sus cómplices los cubanos mercenarios. El tercero, establecer un gobierno de transición. El cuarto, cerrar el chorro de petróleo gratis a los países chulos y satélites. El quinto, convocar a una asamblea para restituir y mejorar la Constitución de 1961. El sexto, nombrar un nuevo CNE y revisar los resultados electorales reales de septiembre de 2012 y abril de 2013. El séptimo, si Capriles ganó, proclamarlo presidente, si no, convocar a elecciones.
No soy política, quizás lo que propongo tenga mucho de disparate, pero en fin, que sirva a los versados en estas lides para animarlos a hacer un plan coherente y exitoso. Si queremos hacer reinar la justicia, Dios está con nosotros. Sólo nos queda luchar con entusiasmo y ahínco sin perder la ruta y el optimismo. Miren que hemos avanzado mucho: habemus líderes.