Parece mentira, pero ya ha pasado un año desde que Kim Kardashian y Kanye West se convirtieron en padres por primera vez. La celebrity y el rapero dieron la bienvenida a su primera hija, una niña llamada North -que significa Norte-, después de un año de relación. En la actualidad, el matrimonio se vuelca en darle a su hija los mejores regalos y caprichos, por eso el día de su cumpleaños no podía ser menos.
La pareja organizó un «Kidchella», es decir, un festival de música con la inspiración boho chic del festival Coachella, pero para niños. Para la ocasión, los hijos de sus amigos debían ir vestidos con looks festivaleros y dispuestos a pasarlo bien. No en vano Kim y Kanye alquilaron una noria que pusieron en su jardín y contrataron un grupo de música. Incluso hubo un karaoke. La fiesta terminó con North soplando su primera velita junto a sus padres. La pareja escogió una tarta de tres pisos multicolor, decorada con margaritas de azúcar.
Parece que Kim quiere inculcar a su hija su pasión por la moda. Es por ello que compartió en las redes sociales el outfi que eligió para la pequeña. Un look acorde a cualquier festival de música: vestido de flecos, corona de flores y sandalias romanas, eso sí, calado adaptado para bebé. La niña ya conoce personalmente a Anna Wintour, editora de «Vogue» y a Carine Roitfield, de «Vogue» Francia, por lo que está más cerca de ser una it baby.
Este año ha sido muy especial para los padres de North West. Si bien Kim confesó que el embarazo es algo muy duro, han tenido muchas alegrías. Por expreso deseo del rapero, la niña no fue presentada a través de una exclusiva sino que colgaron una foto suya en las redes sociales. Por otro lado, Kardashian tuvo que defenderse cuando le acusaron de depilar las cejas de su bebé. Pero seguro que lo más especial de este tiempo ha sido poder tener a su hija presente en la boda que unió a Kanye y Kim en Florencia el pasado mayo.
