En el marco del primer avance de inspecciones que viene realizando a diversos centros de salud del estado Lara la Comisión Técnica Permanente de Salud y Desarrollo del Consejo Legislativo del estado Lara, en funciones de Contraloría, a cargo de la parlamentaria Rosa Nereida Sosa, la tarde de este miércoles la diputada visitó el ambulatorio Ramón Gualdrón en Barquisimeto y le hizo un diagnóstico, acompañada por voceros vecinales, quienes se quejaron de las carencias allí existentes, y exigieron que les asignen médicos internistas, pediatras, ginecólogos y oftalmólogos para no tener que acudir al Hospital Central y congestionarlo, o pagar altas sumas de dinero en clínicas privadas.
En días pasados también visitó el hospital Egidio Montesinos, en El Tocuyo, Dr. Pastor Oropeza, en Carora y el Hospital Dr. Armando Velásquez Mago, en Sarare.
La diputada indicó que gracias a la descentralización de la salud el Gobierno, a través del Ministerio del Poder Popular para la Salud, envía los recursos a la Gobernación de Lara para que los distribuya a los diversos centros asistenciales de la entidad, por medio de la Dirección General Sectorial de Salud, sin embargo, observa en estas inspecciones que en esa distribución “no compran los insumos necesarios tanto médicos como material quirúrgico, porque en cada una de las visitas “que hemos hecho la queja de los pacientes es que en todos los hospitales y ambulatorios no llegan los medicamentos ni los insumos, ni para atender emergencias, viéndose obligados a comprar hasta jeringas y soluciones en una consulta”.
Lamentó que el Hospital de Sarare, teniendo una infraestructura para atender a los pacientes de Cardiología de todo el estado Lara, esté subutilizado, sin especialistas, reactivos ni medicamentos y, lo peor, cuente con “quirófanos de lujo” pero “por la desidia del gobernador, no reparan los aires acondicionados”.
Adelantó que visitará el ambulatorio Don Felipe Ponte, en Cabudare, el cual muestra obras inconclusas, así como el servicio de Diálisis del Antonio María Pineda, demolido hace más de cinco años, afectando actualmente a pacientes renales que reciben tratamiento en una área improvisada de esa misma institución.
Destacó la expresa voluntad de trabajo y el profesionalismo del personal que labora en los distintos hospitales y ambulatorios visitados, pero manifiestan que no pueden prestar un óptimo servicio por la precariedad de los insumos.
