Si usted es de lo que cree como sostiene la fe católica y suele decirse, que “solo Cristo salva”, puede hacer el ejercicio de reforzar esa creencia para atemperar el espíritu. Realmente viendo lo que ocurre con la religión islámica en la región del Medio Oriente y la manera como se ha desatado el régimen del terror alrededor del juego político en el escenario internacional, en el fondo consuela, pensar que en nuestras latitudes pareciesen estar lejos de esos niveles, aunque nada es descartable dada la incertidumbre que rodea el futuro.
Como para recordar las tesis del politólogo estadounidense y profesor universitario, Samuel P. Hunthington, quien iniciándose los años noventa escribiera: “El Choque de las Civilizaciones y la Reconfiguración del Orden Mundial”, para dar cuenta que en la medida en la cual la gente se definiese por su etnia o religión, sobrevendrían más frentes de batallas en el tiempo por venir. La “desoccidentalización”, estará en el centro del conflicto, atizado por quienes están en contra de sus valores: la democracia, los derechos humanos, la libertad, la igualdad, independientemente del grado en el cual se cumplan. Los fundamentalistas y radicales no creen en términos medios y mucho menos en el triunfo de los matices.
Ese ejercicio de futurología, montado en el contexto de desaparición de la “guerra fría”, evidentemente tiene su validez, pero se queda corto ante la madeja de intereses políticos, y lo religioso es apenas un factor que no explica la complejidad del fenómeno: ISIS (siglas en inglés de Islamic State of Irak and al- Sham,Siria) o también, EIIL (Estado Islámico de Irak y del Levante), como usted prefiera.
En la búsqueda de explicaciones acerca de cómo llego a engendrarse tal monstruosidad política, comienzan a tejerse innumerables hipótesis igualmente contrastadas con paradojas inocultables: países cuyos gobiernos hasta ayer libraban una encarnizada lucha como enemigos irreconciliables, hoy hacen un alto en la misma para coincidir y sumar esfuerzos contra un enemigo despiadado, símbolo de las peores barbaries que conoció la historia de la humanidad (que es una sola, de paso) y que se creían superadas.
Irak, Siria, Irán, Arabia Saudita, Qatar, Israel y Washington. Las monarquías del Golfo, y otros Estados de la región que apoyaban la caída del gobierno sirio, hoy están coaligados alrededor de Estados Unidos. Los conflictos entre sunitas, chiitas y kurdos. Especialistas en el tema advierten que en sus orígenes, el ISIS, se atiene al patrón de financiamiento y provisión de armamentos prevaleciente en el ajedrez político, donde cada quien apuesta al jaque mate del enemigo. Tal como ocurrió con Al-Qaeda y otros grupos armados de la región. La fortuna acumulada y la propuesta de crear un Califato para controlar una zona rica en petróleo, no estaba en los planes de quienes lo engendraron, en nombre de la religión a ISIS.
