Desde el pasado 28 de junio, Segundo Olivo Romero Quintero, de 60 años, se encontraba internado en el Hospital de Seguros Sociales Pastor Oropeza de Barquisimeto, luego de recibir un tiro en la cabeza, cuando se encontraba visitando a una amiga en la calle 20 del barrio Cerritos Blancos, al oeste de Barquisimeto.
El hecho se registró aproximadamente a las 2:30 de la tarde, cuando un sujeto llegó a la casa, tocó la puerta y al abrir se metió a la fuerza porque al parecer, lo iban persiguiendo, y desde afuera otros hombres comenzaron a disparar y él reaccionó igual por lo que se formó un enfrentamiento a tiros.
Un proyectil perdido impactó en la cabeza de la víctima, a quien rápidamente trasladaron al centro asistencial y lo internaron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permaneció ocho días, posteriormente lo sacaron y comenzó a tener reacciones motoras favorables.
“Movía un poco las manos, los ojos, ya escuchaba pero sufrió un infarto porque también fumaba, sufría de la tensión arterial y diabetes y quizá eso lo afectó”, explicó Jonathan Martín, amigo y cliente del fallecido, quien vendía productos del mar.
Víctimas de la inseguridad
Jonathan Martín junto a Andrea Justos, amigos de la familia del fallecido, comentaron que Romero Quintero fue un excelente hombre en vida. Ejemplar, trabajador y a pesar de no haber sido víctima de robos el temor lo invadía cada día por la inseguridad.
“Aquí todos estamos expuestos a que nos pase algo… esto se lo llevó quien lo trajo”, expresó el hombre mientras esperaba que los funcionarios de la Brigada de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Lara, hicieran la necropsia al cadáver en la morgue del HPO y posteriormente trasladarlo hasta el Central Antonio María Pineda.
“No se ve patrullaje en ninguna parte”, sostuvo Bustos, quien lamentó a su vez lo ocurrido y que casos como estos se repitan a diario no sólo en Lara sino en todo el país.
