#RevistaGala Porfirio “Pocho” Garcés: Sabor Larense

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Este cocinero profesional es absolutamente barquisimetano nacido y crecido en estas tierras de hermosos crepúsculos y aunque sale mucho de esta preciosa ciudad, siempre vuelve para seguir deleitando nuestros paladares

Aunque en sus inicios ni imaginaba que iba a ser reconocido por ese gran don de la cocina, hoy es el encargado de impresionarnos cada vez más con su deliciosa cocina. Con una extensa gama de ingredientes, este carismático y ocurrente caballero realiza deliciosos platos llenos de ingenio y buena sazón. Un hombre que con experiencia propia ha sabido obtener el éxito que hoy día lo hace ser un gran profesional de la cocina. Conozca un poco más al conocido barquisimetano Pocho Garcés.

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Años de diversión

Cuéntanos un poco de tu niñez

Vivía por Colinas de Santa Rosa, mi educación es 100% guara, siendo siempre un niño de los que buscaban y llevaban a todos lados, en tercer grado tuve un gran descubrimiento el cual fue montarme por primera vez en un ruta, después de ese momento quería irme solo a todas partes. En cuanto a mis amigos, teníamos un grupo de 11 chamos entre ellos Aquiles Machado, Fernando Ramírez, Ignacio Orellana, Ulises Chirinos. Era muy interesante que nosotros teníamos una rutina en la mañana cada quien para su colegio y en las tardes nos encontrábamos todos y siempre hacíamos un recorrido para comer donas en el CC Los leones, e ir al cine y todo lo hacíamos a pie lo cual me parece una de las cosas más bellas y gratificantes teníamos. Podíamos movernos a pie y casi siempre se paraba un carro a ofrecer un aventón. Eso estimulaba una cohesión, una hermandad para lo bueno y lo malo. Añoro la tranquilidad que se respiraba en esos días.

Descubrimiento profesional

¿Cómo comenzaste con la cocina?

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Es bastante raro, yo realmente me voy a la ciudad de Caracas a los 17 años a estudiar  pedagogía musical y al mismo tiempo decido estudiar diseño gráfico, pagarme los estudios era insostenible porque la carrera de diseño es muy costosa en cuanto a los materiales, además del transporte para llegar a cualquier lado. Para ganar un poco de dinero y poder aportar al pago de mis estudios, comencé a ayudar a unos amigos que trabajaban en algunos sitios; por ejemplo unos trabajaban en el TropiBurger de Las Mercedes y yo me metía a ayudarlos cosa que no estaba permitida. También en unos restaurantes en la Candelaria. Luego tuve que dejar una de las carreras porque eran muy absorbentes y aunque había llegado a la Capital a estudiar música, terminé dejándola.

¿Cuándo te has sentido más guaro que nunca?

Tres cosas muy chéveres con respecto a eso de ser guaro yo nunca he hablado guaro, pero la gente en Barquisimeto me preguntaba que de donde y yo respondía de “Barquisimeto pues”, pero esa expresión era forzada porque el hablar así no se acostumbra en mi casa mi papá no es guaro y mi mamá tiene un acento neutral. Cuando llego a Caracas lo primero que digo es “Préstame eso, porque el mío se me echó a perder.” Y la gente no comprendía esa expresión y en ese momento que yo no entendí su asombro me sentí guarisimo.

¿Cómo fue el regresar a tu ciudad?

Cuando regreso a Barquisimeto comienzo a montar una empresa y talleres de diseño, me fue muy mal en líneas generales y entonces comencé a organizar eventos con mi empresa OCRE (Organizadores y Creativos) trabajando con marcas, marketing entre otras cosas, tenía un cliente al que le ofrecí hacerle una comida para su evento con el logo y sus colores corporativos lo cual se llevó a cabo y esa fue la primera vez que fusioné las dos cosas y salió muy bien. A raíz de esto comencé a recibir llamadas, un gran amigo se casó y la mamá me llamó para ofrecerme ser el encargado de la comida y ¿Por qué no? Lo hice y llamó la atención de los invitados hasta que una persona allegada me dijo

Desde entonces comencé como cocinero en la posada Valetico. Al inicio de todo no había conciencia de lo que pasaba.

¿Qué ingrediente no puede faltar en tu cocina?

Hay un montón de ingredientes que no faltan en mi cocina pimienta, ají dulce, cilantro, el papelón y el queso de cabra.

¿Ingrediente como tu sello personal?

El queso de cabra y algunos que están eventualmente, yo deliro por la catalina y quiero que los demás deliren por ella también. Ese es el punto.

¿Qué Menú le ofrecerías a Barquisimeto y sus invitados en su cumpleaños?

Estoy pegado con el ovejo en vara y chivo espetado. Haría un festival de esos sabores larenses que tenemos que sincerarnos de lo bueno que tenemos en nuestra ciudad.

Un pedazo de su tierra

¿Para ti Barquisimeto es?

Más que mi casa es mi hogar

¿Qué representa para ti la Divina Pastora y los Cardenales de Lara?

Aunque no veo el beisbol soy Cardenalero, es siempre mi equipo así no juegue. Con la Divina Pastora  me pasa algo parecido, yo soy muy poco apegado a cualquier cosa que tenga que ver con la religión pero para mí la ella es la patrona de mi pueblo, mi casa y no hay discusión ahí.

¿Si no eres beisbolero  y tampoco devoto de la Divina Pastora cuales son los íconos de Barquisimeto que están en tu corazón? Que a cualquier parte que tú vayas Barquisimeto es:

¡Los Crepúsculos! Sin duda. Aunque estén en cualquier parte del mundo como los de acá no hay.

Un Barquisimetano inolvidable

Tengo varios, el señor que vendía pastelitos por la Av. Venezuela con calle 30 y Belman quien recogía las donas en Dey Donuts. Son personajes que hacían muy divertidos mis días.

¿Con que sabor y olor relacionas a Barquisimeto?

El Cocuy y el ron me transportan. Y sin lugar a dudas el suero.

Un lugar emblemático

La Av. Los Leones, es ese lugar que me hace decir ¡Ya llegué!

¿Qué le sobra y que le falta a la ciudad?

A Barquisimeto le falta un poquito de velocidad. Las cosas buenas nunca sobran pero en mi opinión tenemos talento para tirar pa’ arriba.

¿Qué le regalarías de cumpleaños?

Una canción, una velada, un musical, una obra de teatro es algo que yo siempre he querido. Ser un rockstar.

¿En qué se diferencian los guaros?

En que usan zapatos negros con medias blancas (risas). Aparte de eso, y hablando en serio, al Barquisimetano lo distingue que es un tipo muy amable y carismático. Hay un montón de guaros  que andan por el mundo a los cuales les he seguido la pista y que tienen ese carisma, como por ejemplo Gustavo Dudamel y Diego Matheuz.

Un paisaje y una canción

El Valle del Turbio a lo Villalón y una canción que me trae de vuelta a Barquisimeto es “Me quedo aquí” de Gustavo Cerati, esta ciudad tiene algo que me encanta y me espanta casi en la misma proporción. Yo tuve un grupo musical, al año y medio nos separamos pero cada año nos reunimos a tocar y en uno de esos deseos de huir de esta ciudad escuché esa canción de Cerati para reafirmarme que no tenia porque irme a ningún lado.

“Chamo date cuenta pues. Cero mata cero pescado mata chigüire y billete mata galán”

“Las cosas buenas nunca sobran”

 

 

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