Ventana abierta – El peor decreto de una semana

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Para recordar: “Llegada la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo, en consejo contra Jesús, acordaron entregarlo a muerte” (Mateo 27:1).

Pasamos otra Semana Santa en esta tierra y no deberíamos decir celebramos, sino conmemoramos, ya que está la muerte de Jesús involucrada. De acuerdo a la es.wikipedia.org, esta es una tradición, básicamente, de la Iglesia Católica y el monje Dionisio (año 525 d.C.), estableció una fecha móvil, entre marzo o abril.

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Por otro lado, casi todos los ciudadanos de Venezuela nos sorprendimos por el decreto presidencial N° 2.276 mediante el cual se declaró “días no laborables y, por tanto, considerados como feriados a los efectos de la Ley Orgánica del Trabajo, ‘para’ los Trabajadores y las Trabajadoras, los días 21, 22 y 23 de marzo del año 2016” (Gaceta oficial 40.868, 14/03/16).

Previos a esos días, el presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció en cadena nacional que declaraba como feriado no laborable la semana desde el 19 hasta el 27 de marzo, por la celebración de la Semana Santa y como apoyo al plan de ahorro energético. Maduro detalló que ni los trabajadores de la administración pública, ni los colegios del país laborarán en ese lapso. (elimpulso.com/nacionales/, 12/03/16).

El sector educativo generalmente ha tomado esos días libres pero tal decreto, aparentemente, no tomó en cuenta que la llamada Semana Santa, a veces se desarrolla en abril. Entonces: ¿Habrá que derogarlo, el próximo año, si cae en ese mes?

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En ese orden, Diana Moreno, cita a Luis Marín, quien señaló: “Lo menos conveniente para el país en este momento es que haya menor producción traducido en menos bienes y servicios para los venezolanos, quienes ya bastante han sentido el impacto de una crisis por fallas en la producción” (ídem, información/ p.A2, 17/03/16).

El decreto N° 2.276, no fue muy bien visto, pero pensamos que, dado nuestro texto inicial (Mateo 27:1), fue el peor decreto de una semana, porque se sentenció la muerte de Dios, del Hijo de Dios, Jesucristo, el Mesías, el Salvador de este planeta, quien murió en la cruz, pero resucitó.

Normalmente se le echa la culpa a Pilato, u otros gobernantes de aquel entonces, por no salvar al dulce Maestro, pero el texto, en referencia dice que su propio pueblo, ancianos y sacerdotes lo llevaron ante las autoridades romanas, una semana después de haberlo recibido con palmas sentado en un pollino.

Se cumplió la profecía: “Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Tu Rey viene a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino, hijo de asna” (Zacarías 9:9) y Jesús en el tiempo exacto, para consumar la profecía, mandó buscar tal pollino (Mateo 21:5). Nótese: No fue una expropiación, ni robo, ni nada por el estilo, ya que les indicó devolverlo inmediatamente (verso 3).

Aunque no se sabe con exactitud, la fecha de la llamada Semana Santa; como país tenemos que producir, dada la situación económica. Tampoco, tuvimos nada que celebrar. Al contrario, conmemoramos ese triste, pero triunfal sacrificó que hizo Cristo en aquel “Gólgota cruel” y como respuesta, deberíamos estar dispuestos a darle nuestro “corazón”, en lugar de dañarlo, con vicios o actividades que destruyen nuestro ser entero, tanto esta semana, como todo el año.

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