“Tenemos miedo de la violencia, del terrorismo, de la falta de trabajo, del futuro de los hijos, de la situación política, de la enfermedad, de la soledad, de la incomprensión, de la muerte, y tenemos la sensación de cerrrar con llave las puertas de nuestras vidas. No tengais miedo, fueron las primeras palabras que de Juan Pablo II lanzó al mundo entero, desde la plaza de San Pedro, en aquella memorable homilía de la inauguración de su pontificado”.
Así se expresó monseñor Aldo Giordani, nuncio apostólico del Vaticano, en la homilía de la misa que este domingo presidió en la iglesia Divina Misericordia, en Tarabana, Cabudare. Fue una hermosa celebración religiosa que hizo insuficiente el templo, donde se encuentra la única réplica del dibujo de Jesús Misericordioso de Lituania, para la gran cantidad de personas asistentes, de lo que se mostraba orgulloso el párroco Eduardo José Angulo.
En sus palabras, monseñor Giordani habló de la necesidad de perdonar, señalando que “el perdón requiere de la justicia, pero va más allá de la justicia solamente”.
Posterior al oficio religioso, habló con los periodistas, recordando a Juan Pablo II, a quien se debe que el segundo domingo de Pascua sea dedicado a la misericordia. Luego se refirió al Papa Francisco, de quien dijo, será reconocido por las historia como el Papa de la misericordia, que ve hoy la lucha entre el mal y el bien.
“El Papa cree que los pueblos pueden vivir la paz, la reconciliación, a través, sobre todo, del instrumento del diálogo, del perdón, que es un milagro que debemos recibir”, indicó.
El prelado tambié se refirió al tema de la situación en Venezuela y dijo que, “la Nunciatura está aquí al servicio de la paz, que es nuestra prioridad, la diplomacia vaticana, por la paz, con todos los límites que conocemos, pero estamos listos para contribuir en que sea posible”.
Al consultársele sobre la reacción del Gobierno nacional sobre el mensaje reciente del Papa Francisco sobre nuestro país, reiteró su preocupación por lo que aquí ocurre.
“La Iglesia Católica está muy agradecida por las palabras del Papa porque es un signo de que sigue pendiente de Venezuela, quiere a Venezuela, se preocupa por Venezuela, y la vocación de la iglesia es donar un mensaje de fe, esperanza, misericordia, caridad. Agregó haber podido palpar que la mayoría de los venezolanos somos gente de paz, a pesar de todos nuestros problemas.
-El Papa habla siempre de iniciar un nuevo proceso, también en una situación de crisis, de tensión, de polarización, no seguir siendo esclavos de la crisis, y se logra haciendo el bien, no pensando solamente en Venezuela sino también en otros paises que sufren, como Siria, Nigeria.
“Yo me siento como venezolanos y como tal debemos conseguir más paz en nuestro país para contribuir con la paz del mundo”, afirmó.
