Aunque no sea común, en los últimos meses en El Trompillo se han presentando dos casos de Leishmaniasis, enfermedad que suele presentarse de forma cutánea. Como si de una quemadura se tratase, las ronchas se empiezan a evidenciar en la piel del afectado. El área afectada es aquella en la cual picó el mosquito propagador y aparecen semanas después de la picadura.
En un lapso de tres meses han sido dos los menores de edad que han acudido buscando ayuda en el Consultorio Popular de El Trompillo.
“Uno tiene la úlcera en la cara y le avanzó de tal manera que ya le estaba agarrando el ojo, al otro niño se le presentó en la mano”, dijo Aura Vásquez, enfermera del pequeño centro de salud.
Sin medicamentos esta debe intentar contrarrestar la presencia de la enfermedad que, hasta ahora, solo ha aparecido de manera cutánea.
“La medicina necesaria nos dijeron que no se consigue en el país sino en Colombia. Nosotros somos dotados por el CDI pero ellos tampoco tienen”.
Médicos de la UCLA han sido los que le han suministrado a los padres de los niños una ampolla conocida como Ulamina, solución inyectable que es aplicada a los menores en búsqueda de su recuperación.
“Se hace la prueba con eso y sí se ha visto progreso pero la medicina que en verdad se necesita no se tiene. Los familiares tienen que ir a la UCLA, les dan el frasquito con la Ulamina y tienen que ir a llevarlo para que se lo vuelvan a dar”.
Entidades como Sanare y algunas entidades de Quíbor se han mantenido desde hace algún tiempo bajo control ya que en estas se había visto la mayoría de los casos, sorprendiendo que ahora se encuentre en El Trompillo.
No obstante, Vásquez señala que la gran cantidad de perros con aparente presencia de la enfermedad, así como el hecho de estar cercanos a quebradas, las cuales están sin mantenimiento, pueden ser los causantes de estos casos que tomaron por sorpresa a la colectividad.
