¿Cosechar sin Sembrar? – Espiar, sapear

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Hace 163 años, el 24 de marzo de 1854, se declaró definitivamente abolida la “esclavitud” en Venezuela. Sin embargo, en plena segunda década del siglo XXI, parece que las mentes paranoicas de Maduro, PSUV, el general en jefe Padrino López y sus asesores -al parecer no saben que está vigente el decreto-ley (nº 6.067) del 31/05/2008 del “finado” donde se establecía la infame figura del “informante”, del “sapo”.

El periodista Hernán Lugo Galicia el 24 de marzo de 2017 escribió en El Nacional: “Milicia, comunas, CLAPS y los Órganos de Dirección de Defensa Integral (ODDI), que en Caracas controla el PSUV, establecerán redes de “informantes” para repeler “ataques cibernéticos”. El próximo domingo resumiré ese “bodrio” de Padrino López por orden de Maduro. Aprendamos de la Historia.
1. Entre 1922 y 1991 en el paraíso comunista de la URSS el régimen, con sus dictadores y los sapos arrastrados, averiguaban la vida privada de todos sus ciudadanos. Aleksander Solzhenitsyn señaló que el 10% de los soviéticos y habitantes de sus países satélites dedicaban de forma exclusiva sus esfuerzos por espiar el quehacer diario del 90% restantes.

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2. Lo mismo sucedió en la Alemania de Hitler con el nazismo, magníficamente reflejado por el cineasta alemán Florian Henckel-Donnersmarck en su película “La vida de los otros», donde cuenta la historia de una infame maquinaria de espionaje que hace seguimiento estrecho de un artista abiertamente identificado con el socialismo, y de su novia, una famosa actriz. ¡Tengan cuidado los chavistas furibundos que se plieguen a hacer de sapos!

3. En la Cuba castrista, durante 60 años y todavía hoy, los Comités de Defensa de la Revolución, por cuadras, tienen sus soplones oficiales y otros soplones camuflados, que acusaron y metieron a muchos en las mazmorras de Fidel y de Raúl.
4. Lo mismo sucedió en el Cono Sur con las dictaduras militares a sospechosos y perseguidos por esas dictaduras. Venezuela acogió a miles de ellos. 5. Recientemente Jim Redden, periodista investigador americano, autor del libro: «La Cultura de los Soplones”, desarrolla cómo los ciudadanos son convertidos en los ojos y los oídos del Estado en USA, hasta pagándoles.

6. En la nueva Pdvsa, tiempo antes del decreto-ley del “finado”, se creó entre los subyugados empleados un cuerpo paramilitar como agencia de espionaje de la revolución. Se les entregó un folleto explicativo donde se ordenan los deberes del «combatiente petrolero»: “obtener información de los que piensan diferente al régimen y ejecutar operaciones de resistencia».

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7. El “finado”, en el 2008, promulgó mediante Decreto-Ley (nº 6.067), la Ley del Sistema Nacional de Inteligencia y Contrainteligencia (Gaceta Oficial nº 38.940), todavía vigente. Tal como se lee en la exposición de motivos y en el discurso paranoico del 31/05/08 obliga a exigir en el art. 24 la colaboración ciudadana en las actividades de “informantes” requeridas por el régimen, invade la vida privada del ciudadano común, y lo convierte –obligado- en funcionario de inteligencia. Los artículos 8 y 9 disponen que las actividades de información se desarrollen en diversas áreas, entre ellas la cultura: control de los artistas, supervisión del contenido de obras de teatro, literatura, pintura, música o danza, comunicación, periodismo. Decreta intervenir, grabar las conversaciones telefónicas sin orden judicial, y a los más pobres en las comunas los obliga a ser sapos.
Ante la “imposición” resucitó la hidalguía del pueblo venezolano con el lema “Yo no soy sapo” y el finado “reculó”, aunque no lo derogó.

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