La designación del general Manuel Salvador Quevedo Fernández como ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, más que para la “reestructuración” de esta empresa, como expresó Nicolás Maduro al hacer el anuncio del nombramiento el pasado domingo, pareciera que tuviera como finalidad enfrentar la corrupción existente en ella.
Porque, en el fondo del asunto, el nuevo jefe de la petrolera y al mismo tiempo ministro de Petróleo y Energía, como funcionario de la Guardia Nacional, no tiene conocimiento del negocio del crudo.
Esa es la opinión obtenida por EL IMPULSO al consultar al Dr. José Toro Hardy, destacado economista, docente universitario y ex directivo de PDVSA, en torno a la decisión tomada por el jefe del Ejecutivo nacional, Nicolás Maduro, en su programa dominical transmitido por televisión y cadena radial.
Creo, declaró el Dr. Toro Hardy, que la pericia que se necesita para un cargo militar es muy diferente como para gerenciar una empresa como PDVSA. Aquí nos remitimos al célebre mandato de “zapatero a tus zapatos”, porque no le conozco pericia al general para administrar una empresa tan compleja como es la que se ocupa del negocio del crudo venezolano.
Si a mí me ponen en este momento a manejar un tanque de guerra o me entregan un avión para que lo ponga en vuelo, no les quepa la menor duda de que el vehículo de ataque armado hasta puede dar volteretas y el avión lo estrello. Lo mismo pasa si ponen a un neófito a que se ocupe de gerenciar a PDVSA, mucho más ahora que se encuentra en serias dificultades económicas por la caída en la producción, las fallas que presentan sus refinerías y el bajo precio que tiene el petróleo, además de la imposibilidad de poder cumplir con sus compromisos con los tenedores de bonos al punto de que ya las calificadoras de riesgo han hecho las advertencias precisas, que indudablemente han causado alarma y preocupación dentro y fuera del país.
Lo que pasa, señala el experto petrolero, es que el tema de PDVSA no sólo radica en el ámbito económico, sino en su funcionamiento. Se plantea la urgencia de administrar una empresa que vertiginosamente ha venido siendo destruida por el mal manejo del Ejecutivo nacional.
Pero, pareciera que el Gobierno quiere en los momentos enfrentar el problema agudo de la corrupción, que ya ha trascendido fuera de la compañía y el cual, lógicamente, afecta su imagen en el mercado mundial.
No se está tomando una decisión para la industria, porque la designación no garantiza que el nuevo presidente la va a levantar por la misma circunstancia de que no tiene conocimiento del papel que se le ha asignado.
Claramente, la situación es muy grave para una empresa que el mes pasado que cayó 130 mil barriles diarios; pero, que entre enero y ahora esa caída es de 700 mil barriles diarios.
Al mismo tiempo sus refinerías están funcionando a media máquina. No con medidas y actuaciones militares se van a poder resolver los enormes problemas que tiene la empresa.
Para decirlo con humor, si le paran un tanque de guerra a los operadores de un pozo petrolero, no los van a intimidar porque no es así como funciona una industria que requiere de técnicos muy especializados para poder avanzar.
Por otra parte, el exparlamentario Pedro Pablo Alcántara manifestó que el general Manuel Quevedo forma parte del entorno de Maduro. Desde el 18 de agosto del 2015 ha venido ocupando cargos como jefe de las misiones Barrio Nuevo Barrio Tricolor y de la Gran Misión Vivienda Venezuela, ministro de Vivienda y Hábitat. Fue jefe del Comando Regional número 5, de Caracas, encargado de la represión de las manifestaciones que se sucedieron en 2014 y mucho antes fue ayudante de José Vicente Rangel cuando éste era ministro de la Defensa.
