#OPINIÓN El monstruo de la hiperinflación que devora el salario de los venezolanos sin solución por el régimen #13Ene

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Un dígito del 2% de inflación es el aceptado por el banco central de cualquier país. Cuando este índice va más allá se disparan las armas como ocurre en Inglaterra donde,  de inmediato, el ministro de finanzas es llamado por el Parlamento teniendo seguro un voto de censura.  

Inglaterra y Francia afrontan actualmente cada uno por separado inflaciones del 11% y 7% respectivamente. Pero, la respuesta  de sus gobiernos es pronta con un plan por fases para primero neutralizar y luego erradicarla. Nada de paños tibios propio de gobernantes populistas, atrasados  y demagogos. Así Inglaterra se propone erradicar en el lapso de seis meses.

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Liberia en África figuraba entre los países que en el pasado fue pasto del problema y logró superarlo aplicando fórmulas de la economía de mercado. Igualmente, Perú que lo erradicó luego de la llegada al gobierno en 1992 de Alberto Fujimori. Éste aplicó un plan por partes con la misma fórmula: producción a gran escala, control del gasto público y el funcionamiento eficaz del aparato productivo capitalista que tenían intacto.

Según la página web Blomberg Línea los cinco países del mundo con el mayor índice de inflación en el año 2022 son:

— Zimbabwe: 285%

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— Líbano: 168%

— Sudán: 125%

— Venezuela: 114%

— Turquía: 80,21%

Venezuela lamentablemente exhibe el mayor ranking de inflación de América Latina seguido por Argentina y el cuarto del mundo. Ello  sin posibilidades inmediatas de salir del atolladero dado que el régimen práctica  la solución anticientífica de la generación espontánea, vale decir, la del tope límite para descender paulatinamente, condenando al pueblo a  un verdadero infierno. Eso es como construir castillos de arena en el desierto  que luego se derrumban por la acción del viento, tal como ha ocurrido en nuestro país.

En el caso de Venezuela lo lamentable es que esta hiperinflación fue advertida a tiempo por expertos economistas sin que el régimen  de turno de manera irresponsable tomara las previsiones necesarias. Como siempre echando la culpa a otros, entre estos el manido y falso cuento del  imperialismo norteamericano. Así pues, el fenómeno azota al país desde hace aproximadamente  5 años. 

Curiosamente,  éste es un país donde la administración gubernamental de turno nunca  ha presentado un plan para enfrentarlo. Lo ha dejado a la buena de Dios rayando en la más descarada irresponsabilidad oficial. Aunque el exministro de finanzas Rodrigo Cabezas, durante la gestión del expresidente Hugo Chávez, lo atribuye a la incapacidad del máximo líder oficialista Nicolás Maduro, sin que deje de tener en parte razón. Visto que éste ha tenido el tupé de asegurar que los venezolanos se han acostumbrado a la crisis, algo así como el gusto por el masoquismo. Así pues, si se han acostumbrado para qué un plan anti hiperflación.

En Venezuela el problema se ha complicado por varios factores, a saber: principalmente la caída de la producción y exportaciones petroleras, errores en las políticas fiscales del sistema estalinista existente, destrucción del aparato productivo con las estatizaciones en los sectores primaria y secundario, ausencia de ahorro, corrupción, despilfarro del ingreso petrolero y ausencia de un plan para enfrentar la crisis. 

Además, tengamos presente que la hiperinflación beneficia únicamente a los pocos privilegiados  que manejan dólares, a saber, quienes controlan el poder político y económico. El ciudadano de a pie, por el contrario, padece sus nefastas consecuencias cuando hace  mercado.

Agreguemos que el régimen engañó al país con el leve crecimiento económico del año 2 mil 22 sin asiento firme en la productividad y el trabajo creador.  Pues, no son lo mismo crecimiento y desarrollo visto que  sigue existiendo una distribución desigual del ingreso sin bienestar del colectivo.  

Tras un leve descenso, ahora el fantasma  de la hiperinflación ha retornado a la nación expresado en la marcha descontrolada de la cotización del dólar que devora al bolívar al tiempo que pulveriza el salario real de trabajadores, pensionados y jubilados. Estos son los que soportan las peores consecuencias de este calvario en que nos ha sumido el socialismo salvaje del siglo XXI.  Y, el régimen impasible sin asomar un plan para hacerle frente.

Freddy Torrealba Z.

Twitter: @freddytorreal11

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