En un palpable testimonio de devoción, cientos de barquisimetanos se entregan este Jueves Santo a la profunda tradición de la visita a los Siete Templos. La jornada se convirtió en una sentida peregrinación de fe, donde la oración y la reflexión unen a los creyentes en un recorrido por emblemáticas iglesias de la ciudad.
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La Iglesia San Francisco de Asís fue uno de los puntos neurálgicos de esta manifestación religiosa. Conmovidos por la solemnidad del espacio, los fieles se congregaron para elevar sus plegarias y meditar sobre los misterios de la Pasión de Cristo. Rostros serenos y miradas cargadas de recogimiento llenaron los bancos de este histórico templo, donde la tradición se siente en cada rincón.
La fe también se hizo presente con fuerza en la Iglesia Claret. La activa comunidad parroquial recibió con fervor a los devotos que buscaban un espacio para la reflexión y el encuentro espiritual. Familias enteras, jóvenes y adultos, se unieron en un mismo sentir, demostrando la vitalidad de esta costumbre ancestral que trasciende generaciones. La atmósfera de oración y recogimiento fue palpable, evidenciando el profundo significado que tiene este día para los creyentes.
En la Iglesia Santa Teresita del Niño Jesús, la devoción se manifestó con una calidez particular. Los feligreses encontraron en este espacio un ambiente propicio para la introspección y la conexión espiritual. Las oraciones resonaron en el templo, uniendo a la comunidad en un acto de fe compartido. La visita a este recinto demostró cómo la tradición se adapta a los nuevos tiempos, manteniendo intacto su esencia y su capacidad para convocar a los creyentes.
A lo largo de la jornada, se observó una constante peregrinación entre los templos, impulsada por la profunda necesidad de acompañar espiritualmente a Jesús en sus horas previas al sacrificio. Cada parada se convirtió en una oportunidad para la oración, la contemplación de los misterios y la renovación de la fe. Los devotos, conmovidos por el significado del Jueves Santo, encontraron en esta tradición un camino para fortalecer su vínculo con lo sagrado y vivir con mayor intensidad el Triduo Pascual.
La visita a estos tres templos, junto a otros cuatro que completan la tradición, fue un elocuente testimonio de la fe inquebrantable que anima a la comunidad barquisimetana en esta Semana Santa. Más allá de la costumbre, se evidenció un profundo sentir religioso que une a los creyentes en un mismo espíritu de oración, reflexión y devoción.
