El presidente de Bolivia, Luis Arce, anunció su decisión de declinar a la candidatura presidencial para las elecciones generales previstas el próximo 17 de agosto. Su declinación surge en medio de un contexto de polarización con Evo Morales, quien fue expulsado del movimiento político oficial, el Movimiento al Socialismo -Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP).
“Lo hago con la clara convicción de que no seré un factor de división del voto popular”, expresó Arce en cadena nacional. «En las elecciones nacionales del 17 de agosto no solo está en juego el candidato que vaya a ocupar el cargo de presidente de nuestro país, ni los curules parlamentarios. Lo que está en juego es nuestro Estado Plurinacional de Bolivia”, afirmó el mandatario boliviano.
“No seré un factor de división del voto popular y mucho menos facilitaré que se haga realidad un proyecto de derecha fascistoide con el cual se pretende destruir el Estado plurinacional, con el cual se pretende destruir el modelo económico social productivo”, acotó el jefe de Estado. En un discurso extenso, Arce se refirió a la «extrema polarización en el escenario electoral» y a la necesidad de enfrentar al modelo neoliberal «ratifico que la unidad es el único camino para salvar al estado Plurinacional».
Arce asumió esta decisión después de que el secretario de Relaciones Internacionales del MAS, Fidel Surco, informara que su partido definirá este miércoles sus candidatos a la presidencia y vicepresidencia para las elecciones generales. Anteriormente, el presidente del MAS-IPSP, Grover García, afirmó que se espera la respuesta de Andrónico Rodríguez respecto de una posible candidatura por ese partido. Los otros postulantes a la candidatura del partido incluyen al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo; y los diputados Jerges Mercado y Deisy Choque.