Una guerra en Ucrania, presión migratoria en las fronteras, sabotaje ruso en toda la región. Dudas sobre el compromiso de Estados Unidos con la seguridad europea. En las elecciones presidenciales de Polonia del domingo, la seguridad cobra una gran importancia.
También lo son las preguntas sobre la fortaleza del país como democracia y su lugar en la Unión Europea. Una de las tareas más importantes del nuevo presidente será mantener vínculos sólidos con Estados Unidos, considerados ampliamente esenciales para la supervivencia de un país en un entorno cada vez más volátil.
Un campo abarrotado, una probable segunda vuelta
Los votantes de esta nación centroeuropea de 38 millones de habitantes emitirán sus votos para reemplazar al actual presidente conservador Andrzej Duda, cuyo segundo y último mandato de cinco años termina en agosto.
Con 13 candidatos, es improbable una victoria decisiva en la primera vuelta. Algunos se han mostrado poco serios o extremistas, y un par ha expresado abiertamente opiniones pro-Putin o antisemitas. Un debate televisado esta semana se prolongó durante casi cuatro horas. Se pide aumentar el umbral de participación.
Se espera ampliamente una segunda vuelta el 1 de junio, y las encuestas apuntan a un probable enfrentamiento entre Rafał Trzaskowski, el alcalde liberal de Varsovia, y Karol Nawrocki, un historiador conservador respaldado por el partido Ley y Justicia, que gobernó Polonia entre 2015 y 2023.
Una nación en la primera línea
La geografía de Polonia confiere a las elecciones una importancia adicional. Limitando con el enclave ruso de Kaliningrado, Bielorrusia y Ucrania, devastada por la guerra, así como con varios aliados occidentales, Polonia ocupa una posición crucial en el flanco oriental de la OTAN y sirve como centro logístico clave para la ayuda militar a Ucrania.
Existe un creciente temor de que, si Rusia prevalece en su invasión a gran escala de Ucrania, podría atacar a otros países que se liberaron del control de Moscú hace unos 35 años. En este contexto, las elecciones definirán la política exterior de Varsovia en un momento de creciente tensión sobre la unidad transatlántica y la defensa europea.
Los dos principales candidatos apoyan la continuación de la intervención militar estadounidense en Europa. Trzaskowski prioriza la profundización de los lazos con la Unión Europea, mientras que Nawrocki se muestra más escéptico respecto a Bruselas y promueve una agenda nacionalista.
Dos visiones para Polonia
Tanto Trzaskowski como Nawrocki se han comprometido a apoyar a Ucrania y mantener fuertes lazos de defensa, pero sus visiones sobre Polonia divergen marcadamente en lo que respecta al papel de la UE y la política social interna.
Si bien Polonia es una democracia parlamentaria, la presidencia ejerce una influencia significativa. El presidente ejerce como comandante en jefe de las fuerzas armadas, tiene poder de veto, define la política exterior y desempeña un papel simbólico en el discurso nacional.
Esta semana, Nawrocki se unió a la campaña electoral del nacionalista rumano George Simion, quien se enfrenta a una segunda vuelta para la presidencia el domingo. Simion es considerado prorruso por los críticos, lo que llevó a Tusk a tuitear: «Rusia está satisfecha. Nawrocki y su homólogo rumano prorruso, George Simion, en el mismo escenario cinco días antes de las elecciones presidenciales en Polonia y Rumanía. Todo está claro».