Miles de inmigrantes ya han notificado a las autoridades federales que planean “autodeportarse”, según el Departamento de Seguridad Nacional.
El presidente Donald Trump ha alentado a más familias a irse al avivar su temor al encarcelamiento, intensificar la vigilancia gubernamental y ofrecer 1.000 dólares y transporte para dejar el país.
Y el lunes, la Corte Suprema permitió que la administración Trump quitara de las protecciones legales a cientos de miles de inmigrantes venezolanos, lo que podría exponerlos a la deportación.
Sin el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), aún más familias considerarán abandonar Estados Unidos, aseguran algunos defensores.
Con el futuro de sus familias en la mente
Que una cantidad importante de alumnos se vaya podría ocasionar problemas a las escuelas, las cuales reciben financiación según el número de estudiantes que matriculan.
“Con el terrible miedo e incertidumbre en la mente de los padres, ¿quién podría culpar a alguien por tomar la decisión de irse?”, dijo Andrea Rentería, directora de una escuela primaria de Denver que atiende a estudiantes inmigrantes.
“Puedo decirles como directora que no dejaré entrar a nadie a esta escuela. Nadie va a llevarse a tu hijo. Pero no puedo decirles lo mismo como parte de la fuerza laboral o al conducir a algún lugar”
Sin juicio previo
Cuando Trump fue elegido en noviembre, tras prometer deportar inmigrantes y retratar a los venezolanos —en particular— como pandilleros, González supo que era el momento de irse. Estaba dispuesto a aceptar la compensación de ganar solo 50 dólares semanales en su país natal, donde las escuelas públicas funcionan sólo unas pocas horas al día.
“No quiero que me traten como delincuente”, dijo González en español. “Soy de Venezuela. Tengo tatuajes. Para él, quiere decir que soy criminal”.
A González le tomó meses ahorrar los más de 3.000 dólares que necesitaba para llevar a su familia a Venezuela en varios autobuses y a pie. Él y su esposa no le comunicaron a nadie su plan, excepto a la madre soltera con quien compartían su apartamento, por miedo a llamar la atención. Decirle a la gente que querían irse sería señal de que vivían aquí ilegalmente.
Enviaron a sus hijos a la escuela de Denver con regularidad hasta finales de febrero, cuando el teléfono de González se llenó de mensajes que aseguraban que agentes de inmigración planeaban redadas dentro de las escuelas. Esa semana, mantuvieron a su hijo en casa.
“De verdad teníamos miedo por el niño”, dijo González. “Porque no teníamos un estatus legal”.
La asistencia escolar disminuyó en muchas escuelas
Datos obtenidos de 15 distritos en ocho estados adicionales, incluidos Texas, Alabama, Idaho y Massachusetts, mostraron una disminución similar en la asistencia escolar tras la toma de posesión durante algunas semanas. En la mayoría de los lugares, la asistencia se recuperó antes que en Denver.
Entre 2022 y 2024, más de 40.000 migrantes venezolanos y colombianos recibieron albergue u otro tipo de asistencia de Denver. Trump dijo durante su campaña que iniciaría sus deportaciones masivas cerca de allí —en el suburbio de Aurora— debido a la presunta actividad de pandillas venezolanas.
A nivel nacional, las escuelas aún reportan descensos inmediatos en la asistencia diaria durante las semanas en que hay control migratorio —o incluso rumores de redadas del ICE—, en sus comunidades, reportó Hedy Chang, de “Attendance Works” (La Asistencia Funciona), una organización sin fines de lucro que ayuda a las escuelas a abordar el ausentismo.
Decenas de distritos no respondieron a las solicitudes de datos de asistencia. Algunos manifestaron que temían llamar la atención de las autoridades migratorias.
Inmediatamente, media docena de mujeres venezolanas y colombianas le pidieron consejos para regresar a sus países. “Planeamos irnos en mayo, si Dios quiere”, publicó una mujer en español.