Tanto para docentes universitarios como para periodistas, escritores y políticos ha sido motivo de gran duelo el fallecimiento del intelectual larense Juan Bautista Páez Ávila, quien fuera director fundador de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, novelista, cuentista, parlamentario y orador demócrata.
Enorme pérdida para el espectro universitario
Doy la gracias a El Impulso por darme espacio para expresar mi más profundo y sentido pesar por la muerte de mi colega sumamente valioso, el profesor Juan Páez Ávila, dijo la doctora Gloria Cuenca, exdirectora de la Escuela de Comunicación Social de la UCV. Lo conocí y mantuve un cordial trato con él durante muchos años. desde comienzos de nuestra carrera universitaria y pude apreciar sus destrezas para conducir la materia de opinión. Posteriormente amplió su repertorio a todos aquellos elementos que hacen del periodismo una parte importante de la literatura. En algún momento me habló y explicó de la trascendencia que tenía el periodismo para la formación de la gente que posee espíritu de escribir y cómo era el periodismo una especie de puente para expresarse literariamente. Recuerdo siempre que se entusiasmó mucho con aquel libro de Truman Capote, ”A sangre fría,” considerado como el comienzo del nuevo periodismo y el profesor Páez Ávila estaba muy vinculado con ese proceso. Se sentía totalmente integrado.
Después se dedicó por completo a la literatura con cuentos y novelas, siendo La Otra Banda una de las más famosas, en la cual recrea sus experiencias en su tierra natal. Su muerte es una enorme pérdida para el espectro universitario en medio de una crisis tan aguda como la que estamos padeciendo todos los universitarios, resaltó la doctora Gloria Cuenca.
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Exponente del alma indomable de los torrenses
Juan Páez Ávila, fallecido a los 91 años en Caracas, representa con sus cuentos y novelas reflejadas sobre personajes trascendentales de Carora y todo el municipio Torres, uno de los grandes escritores venezolanos del siglo 21 porque dedicó sus últimos veinticinco años a la literatura, declaró el profesor Gorquin Camacaro, director de la cátedra libre de literatura Juan Páez Ávila de la Universidad Pedagógica.
Dentro de sus obras destaca la novela Alí, el viajero enlutado, que indudablemente muestra el dolor de ese poeta larense que en mala hora fue encarcelado por el régimen autoritario de Corea del Norte y poco tiempo después de haber recobrado la libertad murió en nuestro país.
También escribió obras con tinte político, porque además de ser un literato fue un político extraordinario y ejemplo para quienes quieran hacer de la política una actividad de servicio a la gente.
Como docente dejó un gran legado porque fue fundador y director de la Escuela de Comunicación de la UCV.
Fue el biógrafo del escritor y pensador caroreño Chío Zubillaga. libro que le mereció el Premio de Literatura del Distrito Federal y, además, se hizo acreedor del Premio de Cuentos de El Nacional con su obra Atarigua III y su trayectoria como educador le hizo merecedor del Premio Nacional de Periodismo en la mención docente.
En la cátedra libre de literatura, los alumnos analizan las obras de Juan Páez Ávila, y en estos momentos están analizando sus cuentos que tienen un alto valor literario y concluyo mis palabras diciendo que el escritor nacido en el apartado caserío San Antonio fue el exponente del indomable alma de los torrenses
El mejor ejemplo de ciudadano y defensor de la democracia
Macario González, exalcalde y exsecretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, confiesa que siendo muy joven conoció a Juan Páez Ávila, quien era reconocido como un gran orador y un extraordinario político dispuesto en todo momento al diálogo.
Puedo decir en este momento, cuando su fallecimiento nos ha llenado de gran tristeza y dolor porque se trata de la pérdida de un gran venezolano que ha sido el mejor ejemplo de ciudadano, de político y de defensor de la democracia.
Por ser un demócrata que no podía tolerar un régimen militar, arbitrario y criminal, fue apresado por los esbirros de la dictadura de Pérez Jiménez y encarcelado en Guasina por varios años, pero cuando quedó en libertad salió sin odios, sin reconcomios, sin amargura y con mayor espíritu para contribuir a formalizar la democracia.
Fue senador y diputado por Lara, caracterizándose por ser un luchador por la ejecución de proyectos y obras, demostrando preocupación porque se incluyeran en el presupuesto nacional las necesidades más importantes de nuestro estado.
Escritor de novelas y cuentos que engrandecieron la literatura venezolana, periodista talentoso y director de la Escuela de Comunicación Social y ganador de premios por sus obras. Quienes le conocimos y tratamos poder dar testimonio de que fue un ser extraordinario en todas las actividades que desarrolló, y sobre todo un hombre sencillo, amistoso y responsable, refirió Macario González. Su muerte nos llena de tristeza, dolor y sentimiento profundo.
Reflejó a los caroreños y al paisaje árido y cálido
Yo, contó el licenciado Jorge Euclides Ramírez, coordinador del movimiento Defensa de la Constitución y la Democracia, entré a estudiar en la Universidad Central de Venezuela bajo la sombra de tres ilustres caroreños que eran profesores de la Escuela de Periodismo: Héctor Mujica, Federico Álvarez y Juan Páez Los tres fueron directores de esa Escuela en diferentes etapas. En ese tiempo ya Páez Ávila tenía una trayectoria destacada como dirigente del MIR y había egresado del Pedagógico de Caracas. Siempre andaba trajeado de flux, muy formal. Era un docente de mucha comunicación con los estudiantes.
Para un trabajo de ascenso académico presentó su primera novela, La otra banda, porque él estaba muy orgulloso de sus raíces y mantenía contacto con gente de la parroquia San Francisco, donde habitaban tíos y primos. A la otra banda le decimos en Carora a todos los territorios que están al norte de la ciudad, del otro lado del río Morere. La obra tuvo buena crítica y después de ese éxito se convirtió en un escritor prolijo y su tema predilecto era Carora, que llamaba Carohana. Hay una revista con ese nombre que publica el Pedagógico, de la cual soy miembro del consejo de redacción.
Cuando vino a Barquisimeto para hacer campaña política como candidatos al Senado por el MAS y el MIR, nos pidió apoyo y le acompañamos a sitios donde otros políticos no iban. Otro de los que aspiraban eran Antonio José Herrera. De ese tiempo recuerdo conversas muy gratas y debo decir que también siempre estaba pendiente de sus amigos.
Creo que fue el escritor que con una prosa muy hermosa reflejó a los caroreños más trascendentales(Cecilio Zubillaga,Ali Lameda, Alirio Díaz, el chueco Riera, entre los principales) y ese paisaje árido y cálido de la Otra banda. Su fallecimiento verdaderamente es una pérdida significativamente no sólo para Carora y el estado Lara, sino para toda la cultura venezolana.