La tensión política entre Venezuela y Ecuador se avivó este martes tras la contundente reacción del canciller venezolano Yván Gil, quien calificó de “ridiculez” el comunicado oficial del Gobierno ecuatoriano que recomienda a sus ciudadanos no viajar a Venezuela por motivos de seguridad.
“Qué ridiculez más grande proveniente de un Gobierno arrastrado y sobón de los gringos”, escribió Gil en su canal de Telegram, en respuesta a la alerta emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador, que advierte sobre el “grave riesgo de detenciones arbitrarias” y la “falta de garantías para el debido proceso” en territorio venezolano.
El texto oficial también recordó que desde octubre de 2024 el Gobierno venezolano solicitó el retiro del personal consular ecuatoriano, lo que —según las autoridades de Quito— impide ofrecer asistencia consular a sus ciudadanos residentes o en tránsito dentro de Venezuela.

Maduro llama «usurpador uy fraudulento» a Noboa
Esta nueva escalada verbal se suma a recientes declaraciones del presidente Nicolás Maduro, quien durante la inauguración de la Universidad de las Comunas dirigió un mensaje al pueblo ecuatoriano, expresando su respaldo y convencimiento de que superarán los “momentos oscuros” que —dijo— atraviesan.
“Al pueblo hermano de Ecuador: aunque pasen momentos oscuros, el pensamiento de Bolívar saldrá adelante de las mafias y del usurpador Daniel Noboa”, afirmó Maduro.
Durante el mismo acto, Maduro fue más allá y calificó a Noboa como “usurpador y fraudulento”, asegurando que este “se encuentra al servicio de la mafia narcotraficante de Colombia y la mafia albanesa”. También expresó su confianza en que, “más temprano que tarde”, el pueblo de Eloy Alfaro y Manuela Sáenz “retomará su camino legítimo”.
Ruptura de relaciones
Aunque el comunicado ecuatoriano no menciona expresamente la ruptura de relaciones diplomáticas, la ausencia de personal consular en Caracas y la postura oficial sobre la situación en Venezuela confirman el deterioro del vínculo bilateral.
El intercambio de acusaciones y los calificativos empleados por ambas partes reflejan un clima de hostilidad creciente, en un contexto regional ya marcado por la polarización ideológica y el rechazo internacional a los procesos electorales impulsados por el chavismo.