El Papa León XIV reafirmó este viernes que la perspectiva de las víctimas es “esencial” para construir una paz duradera y real, en un mundo marcado por la violencia, el descarte y la injusticia.
Durante un emotivo encuentro en el Vaticano con representantes de los movimientos y asociaciones de la “Arena de la Paz” de Verona, el pontífice llamó a asumir la no violencia como estilo de vida y a construir instituciones comprometidas con la fraternidad.
“Compartir el punto de vista de las víctimas”
Frente a los delegados reunidos, León XIV recordó el encuentro celebrado hace un año en Verona, presidido por su antecesor el papa Francisco, y retomó su mensaje:“La construcción de la paz comienza poniéndose del lado de las víctimas, compartiendo su punto de vista”.
Según el pontífice, esa perspectiva tiene la capacidad de “desarmar los corazones, las miradas, las mentes” y de denunciar con claridad las injusticias de “un sistema que mata y se basa en la cultura del descarte”.
Un gesto de esperanza: el abrazo entre un israelí y un palestino
Uno de los momentos más conmovedores de su intervención fue cuando recordó el gesto de reconciliación entre Maoz Inon, un ciudadano israelí cuyos padres fueron asesinados por Hamás, y Aziz Sarah, un palestino cuyo hermano fue asesinado por el ejército israelí.
Ambos, ahora amigos y colaboradores en proyectos de paz, estuvieron presentes en la audiencia. “Ese abrazo permanece como testimonio y señal de esperanza”, subrayó León XIV, visiblemente conmovido.
Paz como camino comunitario y educativo
El papa estadounidense enfatizó que la paz no es un acto aislado ni inmediato, sino un proceso comunitario que requiere tiempo, compromiso y relaciones justas. “En una época como la nuestra, marcada por la velocidad y la inmediatez, debemos reencontrar esos tiempos largos necesarios para que estos procesos puedan tener lugar”, afirmó.
También destacó el rol de la educación como herramienta clave frente a las múltiples formas de violencia que afectan al mundo actual.
“Los niños y jóvenes necesitan experiencias que eduquen en la cultura de la vida, del diálogo, del respeto mutuo”, dijo, subrayando la importancia de combatir el terrorismo, la trata de personas y la agresividad social con valores de paz.
No violencia y justicia como pilares de la transformación
León XIV apeló a la no violencia “como método y como estilo que debe distinguir nuestras decisiones”, destacando el poder transformador de quienes, habiendo sufrido injusticias, rechazan la venganza y se convierten en protagonistas creíbles de procesos de reconciliación.
En ese marco, propuso la creación y fortalecimiento de “instituciones de paz”, más allá de lo político y diplomático: “Es el conjunto de instituciones –educativas, económicas, sociales– el que está llamado a intervenir para fomentar la fraternidad”.
