La Asamblea Nacional de Francia aprobó este martes, en primera lectura, una propuesta de ley que legaliza y regula por primera vez la eutanasia, permitiendo la ayuda activa para morir a pacientes con enfermedades incurables que sufran de manera insoportable. La votación, que concluyó con 305 votos a favor y 199 en contra, marca un punto de inflexión en el debate ético y político sobre el final de la vida en el país.
Un largo camino legislativo hacia una “muerte digna”
El texto fue respaldado por el bloque de izquierda y el centro macronista, y encontró oposición principalmente en la derecha conservadora, aunque con votos disidentes, ya que los partidos permitieron libertad de conciencia entre sus diputados. El debate legislativo, que comenzó en 2022, fue interrumpido por las elecciones anticipadas de 2024 y se reanudó con renovado interés público y político.
El proyecto establece que podrán solicitar ayuda para morir los pacientes en “fase avanzada” o “terminal” de enfermedades incurables, que sufran dolores físicos o psicológicos constantes e insoportables, siempre y cuando puedan expresar libre y conscientemente su voluntad hasta el mismo día de la aplicación.
Quedan excluidos los pacientes en coma o con alzhéimer en estado profundo que, pese a haber manifestado su voluntad previamente, no puedan ratificarla en el momento final.
Procedimiento con tiempos estrictos y enfoque colegiado
El proceso, definido por el gobierno como “un enfoque francés, estricto y regulado”, contempla una evaluación médica colegiada de la solicitud en un plazo de 15 días. En caso de ser aprobada, se activa un periodo de reflexión de dos días, durante el cual el paciente puede revocar su decisión.
El procedimiento debe llevarse a cabo en un máximo de tres meses desde la aprobación final.
La administración de la sustancia letal debe realizarla el propio paciente, salvo que su condición física lo impida, en cuyo caso un profesional médico está autorizado a intervenir. Esta exigencia busca garantizar que la voluntad del paciente se mantenga activa y clara hasta el último momento.
El gobierno califica la votación como “una etapa importante”
El presidente Emmanuel Macron calificó la aprobación del texto como “una etapa importante” y subrayó que se trata de un “camino de fraternidad que avanza poco a poco, con dignidad y humanidad”. Por su parte, la ministra de Sanidad, Catherine Vautrin, expresó satisfacción tras la votación, aunque advirtió que aún queda “un largo camino por recorrer” antes de que la ley entre en vigor.
El texto pasará ahora al Senado en otoño, antes de regresar a la Asamblea Nacional para una segunda lectura, previsiblemente a comienzos de 2026.
Garantía de cuidados paliativos para todos
En paralelo, la Asamblea Nacional también aprobó por unanimidad una proposición de ley que asegura el acceso a cuidados paliativos a todos los enfermos que lo necesiten, una medida considerada complementaria a la legalización de la eutanasia, con el objetivo de garantizar un acompañamiento digno para todos los pacientes en situación terminal, ya sea optando por continuar con tratamientos paliativos o solicitando una muerte asistida.
Reacciones divididas y votaciones reveladoras
La libertad de voto produjo resultados inusuales en el hemiciclo: 19 diputados del partido de extrema derecha de Marine Le Pen votaron a favor del texto, frente a 101 en contra y 3 abstenciones. En el Partido Socialista, 4 diputados votaron en contra, mientras que 66 lo hicieron a favor y 2 se abstuvieron.
El partido Horizons, del ex primer ministro Édouard Philippe, se dividió casi por completo: 14 votos a favor, 13 en contra y 6 abstenciones.
Un consenso que aún se construye
Para los defensores de la eutanasia, el texto aún impone demasiadas barreras, pero representa un avance fundamental frente a una situación actual que obliga a muchos enfermos a trasladarse a Suiza o Bélgica para ejercer un derecho que en Francia todavía no existía. Para sus detractores, en cambio, va demasiado lejos al legalizar una práctica que consideran moralmente inaceptable.
Francia, tras años de debate, entra así en el grupo de países europeos que avanzan hacia una legislación sobre el derecho a morir con dignidad, aunque aún restan etapas clave antes de que la ley sea definitiva.
