A sus 22 años, Mariangela Contreras ha logrado posicionarse como una de las jóvenes artistas plásticos con mayor proyección en la ciudad. Pintora, muralista y emprendedora cultural, esta barquisimetana demuestra que sí es posible desarrollar una carrera artística en Venezuela mientras estudia una carrera universitaria a distancia.
Desde muy pequeña, el arte fue una constante en su vida. “Recuerdo que mi papá nos asignaba un espacio en el patio de mi abuela para que pintáramos, y ese se convirtió en mi primer muro”, relata Mariangela. Lo que comenzó como un juego, pronto se transformó en pasión. A los 17 años inició formalmente su carrera artística, bajo la guía de una profesora que le enseñó las bases técnicas que aún aplica en sus obras.
Sin embargo, la vida a veces pide una pausa. Mariangela se alejó de los pinceles por casi un año y medio, abrumada por la intensidad del perfeccionamiento técnico. Fue un respiro necesario, un silencio creativo antes de su gran retorno.
El origen de un colorido proyecto
Durante la pandemia, cuando el mundo se confinó, las personas buscaron color y vida en sus hogares. De repente, Mariangela se encontró inundada de encargos para pintar murales, así lo que empezó como algo personal, compartiendo fotos de sus obras en casas de familiares y amigos a través de redes sociales, trascendió y dio paso a un proyecto personal.
Esta etapa coincidió con la creación de su primer proyecto colectivo, que mantuvo por cuatro años antes de decidirse a seguir su camino como artista independiente.
El impulso inicial vino de las redes sociales, donde compartía sus primeras obras. “Comencé pintando en casa, en casa de mi familia, y subía fotos. Las personas empezaron a escribirme: ‘yo quiero, yo quiero’. Así surgió el proyecto con una identidad visual, logo y propuesta clara”.
Una artista empírica con vocación y visión
Lo más fascinante es cómo, al retomar los pinceles, lo hizo desde un lugar de puro disfrute, redescubriendo el placer de crear por el simple gusto de hacerlo. Hoy, aunque se describe a sí misma como una artista empírica; entre pinceles, murales y clases, Mariangela sigue demostrando que es posible vivir del arte en Venezuela
La versatilidad de Mariangela no se detiene en su propio estudio o en los murales que embellece. Ella ha desarrollado una innovadora metodología de enseñanza que cariñosamente llama su «fórmula mágica«. Sus clases, diseñadas tanto para niños curiosos como para adultos deseosos de aprender, van más allá de la técnica pura.
Mariangela, consciente de una brecha en su propia formación inicial –»llegué a mis 18 años sin saber, por ejemplo, quién había pintado la Mona Lisa»–, integra magistralmente la historia del arte.
Así, sus alumnos no solo aprenden a dominar el pincel, sino que también exploran las vidas de los grandes maestros y el contexto de sus obras icónicas. Es una fusión única de historia del arte, técnicas artísticas y creatividad.
A sus 22 años, Mariangela Contreras no solo está construyendo una vibrante carrera artística y una sólida formación académica en el campo internacional, sino que también está encendiendo la chispa del arte y el conocimiento en otros, demostrando que la pasión y el espíritu emprendedor no tienen límites cuando son la guía.
