En una ceremonia presidida por el ilustrísimo Mons. Dr. Rafael Febres-Cordero, celebrada el 16 de julio de 2025, la profesora María Auxiliadora Bianchini de León fue incorporada a la Academia Internacional de Hagiografía, asumiendo el sillón San Juan Pablo II.
El Mons. Ovidio Pérez Morales, arzobispo emérito de Los Teques y miembro honorario de la academia, fue el encargado de presentarla, resaltando su formación en el seno de una familia profundamente cristiana, y su compromiso con una labor evangelizadora que ha trascendido fronteras a través de la Coral Betania.
La apertura del acto celebrado el día 16 de julio de 2025 estuvo a cargo de Mons. Dr. Rafael Febres-Cordero, presidente de la Academia Internacional de Hagiografía, quien dio la bienvenida con esperanza y sentido de misión, destacando el valor del arte como expresión de la fe y la importancia de incorporar figuras cuya trayectoria combinaran excelencia espiritual y sensibilidad artística.
La Prof. Bianchini —músico y cantante profesional, directora de la Coral Betania, compositora y miembro del Movimiento de Espiritualidad Betania— expresó con humildad su sorpresa y gratitud al recibir esta distinción.
Correspondió a Mons. Ovidio Pérez Morales, arzobispo emérito de Los Teques y miembro honorario de la academia, presentarla subrayando: “María Auxiliadora nació en el seno de una familia, una comunidad de amor y efectiva escuela, así como auténtica iglesia doméstica”. Añadió: “Como hija de la sierva de Dios María Esperanza y del Sr. Geo Bianchini, ha heredado un enorme legado espiritual, además de una vocación de servicio y una entrega total a Dios y al prójimo, siempre con un sensible toque de simpatía, bondad y alegría”. Y exaltó la labor de la Coral Betania puntualizando su notable apostolado evangelizador, que lleva la esperanza de la Palabra y la alegría de Dios a nivel nacional e internacional.
A lo largo de su intervención, titulada “La música: idioma de Dios y don precioso para el hombre”, la Prof. Bianchini reflexionó sobre la dimensión espiritual de la música, apoyándose en la Carta a los Artistas de san Juan Pablo II, recordando que “el arte surge del alma y se convierte en una forma de alabanza”. Relató que su madre había ofrecido su vida por la del papa Juan Pablo II en un acto de amor y entrega a la Iglesia: “Ella falleció padeciendo la misma enfermedad del papa tras haber ofrecido a Dios su vida por él. Hoy, este sillón honra también su memoria”. Luego, presentó dos de sus composiciones: “Libertad” (2001) y “Marchemos a la Casa del Señor” (2006), inspiradas en el mensaje de la Virgen Reconciliadora de Todos los Pueblos, que reflejan su visión de la música como forma de oración y enseñanza, piezas que fueron interpretadas en la ceremonia por la Coral Betania.
Finalmente, invocó al Espíritu Santo y a la Virgen de Betania, pidiéndoles que todos siguieran al servicio de la evangelización y del conocimiento de las vidas de los santos: “Deseo que la música siga siendo un canal de encuentro con Dios, una vía para tocar corazones y acercar las almas a la luz del Evangelio”.