Minutos antes del accidente que le costó la vida, el legendario paracaidista austríaco Felix Baumgartner fue grabado por su esposa, Miha Schwartzenberg, en lo que sería el último vuelo de su vida el 17 de julio de 2025. El video, compartido por ella en redes sociales, muestra al ícono del deporte extremo alistando su parapente en la costa italiana, ajeno a la tragedia que se avecinaba.
“Lo filmaba despegando sin saber que este sería el último vuelo de su extraordinaria vida”, escribió Schwartzenberg junto a las imágenes que ya han conmovido al mundo.
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En la grabación, de poco más de un minuto, se ve a Baumgartner preparando su equipo, concentrado y sereno, antes de elevarse por el aire como lo hizo cientos de veces.
El video captura no solo la rutina de un experto, sino la complicidad de una pareja que compartió más de una década en el vértigo de los cielos.
“Durante más de 12 años estuve presente en cada despegue y aterrizaje, desde paracaidismo, parapente, vuelos en helicóptero, paramotor y espectáculos acrobáticos”, escribió Miha. “Y cuando no podía estar presente, teníamos el código WLC: ‘la llamada de aterrizaje de mi esposa’. Nunca me perdí uno. Excepto… este”.
Un vuelo grabado con amor
Las imágenes no muestran nada fuera de lo normal. Baumgartner realiza sus chequeos previos, ajusta las correas del parapente y toma impulso. Schwartzenberg lo graba con la calma de quien conoce de memoria la escena. El momento es íntimo, silencioso y cargado de confianza. Fue la última vez que lo vio despegar.
Horas antes, el atleta había publicado en su cuenta de Instagram una fotografía del cielo con la frase “Demasiado viento”, una advertencia que a la luz de los hechos se convirtió en presagio.
Un duelo desde lo más alto
Schwartzenberg no solo compartió el video, sino también el profundo dolor de su pérdida: “Ahora tengo que lidiar con la conmoción, el dolor, los amaneceres en los que puedo preparar solo un café, no dos…”. En otra publicación, escribió simplemente: “Felix, eras tan amado… Éramos AMOR”.
El video ha sido interpretado por miles de personas como un tributo espontáneo, una despedida no intencional que resume la vida de un hombre que desafió los límites hasta el último día. “Felix Baumgartner regresa a casa ahora, allá arriba, donde fue más feliz que nunca”, concluyó Schwartzenberg.