La gloria del deporte venezolano, Julio César León, falleció este domingo a los 100 años de edad, dejando un legado imborrable en la historia del ciclismo y el olimpismo nacional.
Pionero, soñador y un ejemplo de tenacidad, León fue el primer ciclista en representar a Venezuela en unos Juegos Olímpicos, marcando un hito en 1948 que sigue inspirando a nuevas generaciones.
La noticia de su deceso fue confirmada por la Fundación Glorias Deportivas de Venezuela, un día después de que el país lamentara la pérdida de uno de sus atletas más emblemáticos.
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Una gesta que trascendió el tiempo
Nacido el 2 de febrero de 1925 en el estado Trujillo, la pasión de Julio César León por la bicicleta comenzó desde niño. En sus años de juventud, se coronó como el «rey absoluto del ciclismo nacional» en pruebas de velocidad en Caracas. Sin embargo, su mayor sueño era llevar la bandera tricolor a la máxima competición deportiva.
En 1948, con el apoyo del Comité Olímpico Venezolano y un boleto donado por el gobierno inglés, se embarcó en un avión de carga junto a su esposa rumbo a los Juegos Olímpicos de Londres. En una hazaña digna de película, se confeccionó su propia bandera para ser el único representante de Venezuela en la ceremonia inaugural en el legendario estadio de Wembley.
El 7 de agosto de 1948, Julio César León hizo historia por partida doble. No solo se convirtió en el primer atleta venezolano en competir en unos Juegos Olímpicos, sino que también obtuvo la primera victoria olímpica para el país al derrotar al ciclista de Trinidad y Tobago, Compton Gonsalves, en la ronda de repechaje. Días después, compitió en la prueba de 1.000 metros contrarreloj, demostrando su temple frente a la élite mundial del ciclismo.

Un legado de pasión y determinación
Tras su retiro de la competición, León continuó involucrado activamente en el deporte, compartiendo su experiencia y conocimientos con jóvenes talentos. Su legado no se limitó a sus triunfos en la pista; también fue reconocido por su «inconmensurable amor por la patria».
En 2020, recibió la Orden al Mérito Deportivo. Y en febrero de este año, celebró su centenario con un emotivo homenaje organizado por el Comité Olímpico Venezolano y el Ministerio del Poder Popular para el Deporte. Rodeado de figuras como José Rujano y Stefany Hernández, bromeó con su característica vitalidad: «¡Son 100 años y… después vienen 100 más!».
Julio César León, un ingeniero de profesión que nunca dejó de pedalear, se mantuvo como un símbolo de la resiliencia y el espíritu deportivo. Su partida deja un vacío en el deporte nacional, pero su memoria perdurará como un faro de inspiración para los atletas que sueñan con llevar a Venezuela a lo más alto del podio olímpico.


