“En un continente donde el olvido es delito,
…la entereza de la memoria es nuestra única justicia.”
Gabriel García Márquez – Nobel de Literatura (1982)
“Convertir el delito del racismo en una causa universal…
… fue posible gracias a la entereza de quienes nunca se rindieron.”
Nelson Mandela – Nobel de la Paz (1993)
“La censura es un delito contra la imaginación;
… la entereza del escritor es seguir escribiendo, aunque lo silencien.”
Mario Vargas Llosa – Nobel de Literatura (2010)
“Destruir la tierra es un delito contra el futuro;
…la entereza está en plantar un árbol cuando todo parece perdido.”
Wangari Maathai – Nobel de la Paz (2004)
“El mayor delito contra la razón es la indiferencia;
…la entereza está en cuestionarlo todo, incluso lo que creemos saber.”
Albert Einstein – Nobel de Física (1921)
“Negar la educación es un delito silencioso;
…la entereza de una niña que exige aprender puede cambiar el mundo.”
Malala Yousafzai – Nobel de la Paz (2014)
- Prima Evidentia
Apenas despierto, el tonillo de 5 lustros en la misma confusión, no es para nada prometedor. Para paliar el aprieto, y evitar mover el avispero pienso en lo del cortisol, pero los abejorros, a veces, son más sediciosos, que el sentido común, el menos común de los sentidos y acabamos con el aguijón en el trasero. Eso sin narrar que ya dialogamos un mismo sermón, el del hartazgo, por la grieta de la crisis, muy especialmente de recursos. Las indecencias de las que somos capaces los venezolanos, de acuerdo al desconcierto que vivimos con la hiperinflación y los navíos yanquis de guerra frente a nuestra costa, son un inédito canon filológico, una noción que, dependiendo de la zona, maracucha, amazónica, andina, urbana, llanera u oriental, cada SOS, cada señal, es más estridente que la otra.
Sin embargo, los siquiatras encuentran normal lo anormal de nuestros arrebatos cotidianos, con sobradas razones. Ahí va doña María, la señora encargada de una tienda de chinos, tan marginal como los dueños, con cara ligada por la escasez, y porque para que los tripones puedan ir a la escuela con algo en el saco, ella tiene que tener ocioso el suyo, con un vaso de agua con papelón, (el azúcar es para mantuanos), full de frenesí e infortunio, y así, poder tragar saliva, a la contienda del hambre.
Por otro lado, uno, como otra víctima del motín del sol, que viene más caliente que plancha ´e chino, (hablando de asiáticos), y tan ardoroso como la desvalorización, que no atinamos a donde meternos a beber un poco de sombra, ante el turbión de dificultades, ametrallando como rayos del astro rey, nuestros bolsillos indecisos, y aquellos miedos diplomáticos, al velado porvenir de la nada.
El vía crucis apenas comenzaba. Hay que salir a tramitar y no solo no hay ascensor hace siete años, sino que poseo tres operaciones en la pierna diestra por ponerme de imberbe a jugar futbolito, creyendo en pajaritos preñados. Ahora estoy preñado de preocupaciones, para ver como carrizo me opero la rodilla, y me pongo al fin la santa prótesis, que cuesta más que tumbar a un tirano banderas.
Al llegar al estacionamiento del sótano, espera mi diestro Scooter, más fiel que una mascota, y le saludo con gratitud, para ver si enciende, y no me echa la vaina. Tiene ese color sangre, que casi parece que va a gritar una maldición roja rojita, y una pinta que juzgo que en cualquier segundo se desbarata, como un forajido arrepentido, sin aviso ni protesto. Esa debilidad supuesta, la hace más dispuesta (como los más buscados que palito´e romero) de tener la pericia, como el lagarto Juancho (la famosa caricatura de los 60-70), de un caimán capaz de huir por el lado reverso de los insurrectos.
- Evidentia classica
Le puse como apodo a mi moto rojiza, 150cc, Eulicita en honor al que le metió mano cuando se la compré a un pescador del pueblo El Tirano o Puerto Fermín, (el pueblo del déspota Lope de Aguirre) por cien dólares, y es la única hembra automática que no me ha traicionado. La historia afirma que no se confían ni en meretrices, ni en doncellas atrevidas, y menos en agentes del orden, sobre todo si son solteras o cuaimas. Pero mi moto añeja, tiene más vida que gato costero gringo.
Ensamblado en mi motoneta, pude dar la vuelta a España, como cualquier Juan Luis Guerra, atravesando el Niágara en Bicicleta, pero sin la hostilidad del apellido. La razón era sencilla, mi hija, mi nieto y mi yerno, viven en Madrid desde hace tres años. Y hace tres años que mamá nos dejó y el tres aparece, como un eco sin fin, en todas las esquinas del solar.
Como España es una colmena de, (17) diecisiete comunidades autónomas, (2) dos ciudades autónomas y (50) cincuenta provincias, me la jugué como si fuese una bitácora de un planeo virtual. Los vuelos tácitos, no son tan disímiles a los reales, solo varía donde se pone la imaginación, y a que ésta se mande al infinito y más allá, como un Buzz Light Year de carne y hueso.
Empecé por el centro del país ibérico, y no era casual, pues la comunidad de Madrid se ubica casi en el centro de la península ibérica. Por aquello del tres que me persigue, es de forma triangular, Pitágoras estaría satisfecho con su enunciado, mientras Nicola Tesla se alegraría porque el tres, dijo, “Si supieras la magnificencia de los números 3, 6 y 9, entonces tendrías la llave del universo.” En el contexto de la matemática de vórtices (vortex math), los números 3, 6 y 9 no siguen el patrón binario natural (1, 2, 4, 8, 7, 5), lo que Tesla consideró fuera del ciclo común, y así, especiales o universales.
Tesla creía que estos números representaban patrones fundamentales en la naturaleza y el universo. Caminaba tres veces en torno de un inmueble antes de entrar. Se alojaba solo en cuartos de hotel con números divisibles por 3. Usaba 18 servilletas para limpiar sus utensilios (¡18 = 3 × 6!). Calculaba constantemente si los resultados de sus observaciones eran divisibles por 3.
Madrid a diferencia, de otras comunidades es uniprovincial, y se llama Madrid, igual que la capital de la misma. Siempre en el recorrido me suponía en el carro nuevo de mi hija (considerando mi scooter arcaico), navegando en una nave espacial. Mi hija a un lado, contenta de tenerme cerca, pero mosca que no se me ocurriera, abrir mi bocaza y poner la torta por los nervios de mi Síndrome del Cuidador. Por ejemplo, no notarla robusta como yo, pero para su desgracia anatómica, hijo de gato, caza ratón. Lo cierto es que, es hermosa, y solo es cuestión de un programa de fitness y san se acabó. Tenemos una mujer bien hecha con una pinta sensual bien significativa. Danny tiene el Good-look de su mamá con el aire bien parecido de su papá, sin los ojos azules, de espanto y brinco, dicen las que te conté.
Desde que aprendí de mamá, siempre tuve métodos para todo, y por lo general lo inventaba sobre la marcha, lo que no menoscaba su propósito. Lo pulí cuando salí de la Universidad y aprendí de todo, menos cómo aprender con veracidad. Eso la cursé en mi casa y en familia. Y no por casualidad se basaba en un principio tridimensional, orden-higiene, urbanidad y cultura no marginal. Mamá enseñó anticipado, amén de que debíamos estar impecablemente límpidos y bien vestidos, (cosa que no tardé en aprender), a ser, mesurados, decentes, cariñosos, y honestos.
El método que a diario escogía tenía que venir en trío. También, pareció didáctico, imaginar las tres referencias patrimoniales de la urbe madrileña. Primero aparecía el Monasterio del Escorial, que Jacobo apuntaba con su dedo índice, y yo fingía morder y comérmelo, mientras el niño reía con tal gusto, que al fin entendí lo que era ser un abuelo chocho. No me gustó mucho, pero sí lo entendí.
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es una joya arquitectónica y cultural que ha sido testigo de momentos clave en la historia de España. Fue construido por el rey Felipe II (1563–1584) como símbolo de poder imperial y en gratitud por la victoria en la Batalla de San Quintín (1557). El complejo fue concebido como abadía, palacio real, panteón de reyes, biblioteca y centro de estudio.
Como un establecimiento del Panteón Real, El Escorial, se convirtió en el lugar de descanso eterno de los monarcas españoles de la Casa de Austria y posteriormente de los Borbones. Felipe II decidió trasladar a su padre, Carlos V, al monasterio, consolidando su papel como mausoleo real, y dándole un significado simbólico y político profundo como centro de continuidad dinástica. En 1984, en reconocimiento a su valor histórico, artístico y arquitectónico, la UNESCO lo declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad. Esta distinción consolidó su estatus como uno de los monumentos más importantes de Europa y lo convirtió en un destino turístico y cultural de primer orden.
Luego, alcanzamos el Palacio Real de Aranjuez, otro de los tesoros históricos de España, full de simbolismo, arte y poder. Un lugar de interés desde la Edad Media; fue Felipe II quien ordenó la construcción en 1564 sobre una vieja residencia de los maestres de la Orden de Santiago. El diseño fue obra de Juan Bautista de Toledo, y al morir Juan de Herrera, el del Escorial, continuó la obra. En plena crisis por la invasión napoleónica, 1808, se celebró en la capilla, la ceremonia de constitución de la Junta Suprema y Gubernativa del Reino, que coordinó la resistencia contra los franceses. Este evento convirtió al palacio en un símbolo de soberanía nacional en tiempos turbulentos.
El Paisaje Cultural de Aranjuez, que incluye el palacio, sus jardines y el entorno ribereño, fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 2001. Este reconocimiento destaca la fusión entre arquitectura, naturaleza y planificación urbana, como expresión del poder ilustrado de la monarquía española. El primer periplo, antes de descansar el proyecto virtual, acababa, como debe ser, donde todo inició, que fue en la localidad de Alcalá de Henares, cuna del precursor de la novela moderna, Miguel de Cervantes.
Alcalá de Henares, es una ciudad con más de dos mil años de historia, y ha sido escenario de instantes clave en el progreso cultural, político y religioso de España. En el siglo I d.C., los romanos fundaron la ciudad de Complutum, trasladando el asentamiento desde el cerro del Viso al valle del río Henares; llegó a ser un municipium con importantes estructuras como termas, foro, basílica y teatro. Este núcleo romano, es el origen urbano de la actual Alcalá de Henares y uno de los filones arqueológicos más relevantes de la Comunidad de Madrid y del mundo.
Cortes de Castilla celebradas en Alcalá, promulgó el Ordenamiento de Alcalá, (una colección legal que rigió en Castilla hasta el siglo XIX). Este evento consolidó a Alcalá como un centro jurídico y político de ingente influencia en la Edad Media. El cardenal Francisco Jiménez de Cisneros fundó la Universidad de Alcalá 1499, convirtiéndola en un modelo de universidad renacentista y en 1998, la UNESCO declaró el recinto histórico y universitario de Alcalá de Henares, como Patrimonio de la Humanidad, reconociendo su valor cultural y educativo.
- Epilogus: In Tribus Veritas: (en el tres (o en las tribus) está la verdad)
Al final del recorrido, entre el sudor del trópico y el polvo de la historia, uno se da cuenta de que no hay distancia más larga que la que separa la necesidad del deseo. Desde la escasez cotidiana de doña María hasta el esplendor marmóreo del Escorial, todo parece parte de una misma contradicción: la dignidad que resiste, aunque la realidad la empuje al borde.
La motoneta, fiel como un perro callejero, se convierte en nave Interdimensional. Eulicita no solo atraviesa avenidas rotas, sino también siglos enteros. Con ella se cruzan los pasillos del palacio de Aranjuez, los claustros de Alcalá, y los silencios del Monasterio, como si la memoria tuviera ruedas y carburador. Lo clásico y lo cotidiano se funden en una sola evidencia: la historia no está en los libros, sino en los cuerpos que la sobreviven.
El número tres, que persigue como sombra obstinada, no es casual: tres operaciones, tres años, tres lugares. Tres formas de entender el patrimonio, no como lujo, sino como método. Orden, higiene, urbanidad. Tres enseñanzas de mamá que se reflejan en tres monumentos que no solo decoran, sino educan. El Escorial enseña poder, Aranjuez sensibilidad, Alcalá pensamiento. Y todos, en el fondo, enseñan resistencia.
La España que se recorre desde el Caribe no es postal ni turismo. Es espejo. Cada piedra imperial refleja una grieta venezolana. Cada jardín ilustrado recuerda una ausencia. Cada aula cervantina murmura una lección que no se aprende en la universidad, sino en la tienda de chinos, en el ascensor que no funciona, en el vaso de papelón que sustituye al desayuno.
Así, el viaje no termina en Madrid, ni en la prótesis pendiente, ni en el nieto que ríe. Termina en la certeza de que la historia no es una línea recta, sino una espiral que nos envuelve. Y que la cultura, como la motoneta, puede estar vieja, oxidada, maltrecha, pero sigue andando. Porque mientras haya memoria, hay camino. Prima Evidentia no fue solo el título. Fue la advertencia. Lo evidente no siempre se ve. A veces hay que rodarlo, vivirlo, sudarlo. Y entonces, como dijo Tesla, el tres aparece. No como número, sino como verdad.
Marcantonio Faillace Carreño