La medición del desempeño organizacional permite a las empresas o emprendimientos evaluar el nivel de rendimiento que tiene la organización. Una herramienta para poder medir este desempeño lo constituye el benchmarking, por medio de este instrumento se puede comparar y valorar continuamente a una organización con respecto a empresas líderes y de esta forma tomar las medidas necesarias para mejorar su posición en el mercado.
El benchmarking consiste en un proceso para cambiar las operaciones de manera natural y lograr un performance superior; por lo tanto, es un curso de acción continuo de mejoras de productos, servicios y métodos de trabajo. El benchmarking ayuda a establecer los estándares de trabajo; en este sentido, en lugar de definir estándares basados en opiniones o ideas, lo haces en base a datos concretos. Esto garantiza que tus estándares de trabajo estén dirigidos y enfocados en las acciones que tendrán el mayor impacto, además se utiliza para enseñar a los trabajadores el fundamento de las expectativas y objetivos de trabajo. Esta técnica ofrece datos para demostrar porque las tareas diarias del equipo son importantes.
Mediante el siguiente ejemplo, observe como se lleva a cabo el benchmarking: Pensemos que tengo un negocio de comida rápida como por ejemplo una pizzería y quiero implementar una entrega a domicilio muy eficiente, siendo un área de interés para la organización, de modo que debo preguntarme ¿Quién tiene las mejores prácticas en entrega a domicilio? ¿Quién es rápido y eficiente en despacho de pizza a domicilio?, a partir de allí se debe investigar y analizar las principales empresas en cuanto a cómo lo hacen y de esta forma determinar si se puede añadir valor y de qué manera ponerla en práctica en la organización.
El ejemplo anterior indica que el benchmarking se puede ejecutar en cualquier tipo de organización, ya sea de productos o servicios, cabe destacar que existen una tipología de benchmarking, a continuación, se mencionan:
Interno: Se suele dar en grandes empresas formadas por numerosos departamentos y/o divisiones, en las que es muy común compara los niveles alcanzados dentro de la misma organización.
Competitivo: Se utiliza cuando hay una competencia agresiva, comparando algunos aspectos con los competidores más directos o con los líderes del mercado sobre un cierto producto. Normalmente, es el tipo de benchmarking más complicado de llevar a cabo dada la limitada información que las empresas ofrecen sobre sus procesos.
Funcional: Consiste en compararse con empresas que no pertenecen a tu misma industria; con este consigues la ventaja de obtener la información necesaria al no ser competidor de la empresa.