En el sureste de Barquisimeto, específicamente en el sector Santo Domingo de la parroquia Concepción, los vecinos viven una batalla de más de 11 años por algo tan básico como el agua.
Antonia Mendoza, líder de la comisión comunitaria, narró a El Impulso la frustración de ver cómo el pozo de Santa Rita, que debería abastecer a sus hogares, se ha convertido en una promesa recurrente y sin cumplir. El proyecto, conocido como la aducción Santo Domingo, ha visto pasar años y gestiones sin concretarse, pese a la urgencia y el sufrimiento de los residentes.
La odisea se extiende a lo largo de compromisos incumplidos, con fechas que van y vienen, desde junio y octubre de 2024 hasta la última semana de diciembre de ese mismo año, dejando a la comunidad sumida en la desesperanza.


Promesas y presupuestos en un pozo sin fondo
A pesar de que el presupuesto para la culminación del pozo está totalmente aprobado, la obra sigue paralizada. Mendoza enfatiza la paradoja de la situación: el dinero está, pero el agua no llega. La comunidad ha recurrido a múltiples instancias, desde el movimiento Moseco hasta una reciente visita del gobernador Luis Reyes Reyes, quien se comprometió a acelerar los trabajos.
Sin embargo, las tuberías que faltan por instalar, un tramo aparentemente corto desde el pozo hasta la calle principal, se han convertido en un obstáculo infranqueable. Este estancamiento obliga a las familias a tomar decisiones dolorosas: gastar el poco dinero que ganan en comprar agua en lugar de comida o medicinas para sus hijos y adultos mayores.
Los vecinos hacen un llamado desesperado a las autoridades, especialmente a la presidente de la hidrológica de la región, para que actúe con empatía y cumpla con lo prometido, poniendo fin a un calvario que se extiende por más de una década.