Barquisimeto aprovechando su situación privilegiada en la región centro occidental venezolana se fue convirtiendo gradualmente en un eje comercial de gran pujanza, con el agregado que siempre le ha dado su vocación agropecuaria y el conocimiento acumulado de sus productores rurales, dignos herederos del empeño pionero de sus ciudades cuatricentenarias.
Esta evolución comercial estuvo vinculada a las inquietudes culturales de una ciudad que gradualmente fue erigiendo realidades al compás de sus hábitos rurales y sus ansias seculares de trascendencia. Por ello en la medida que progresaban sus negocios los fue consolidando con espacios para el arte y el entretenimiento. Ejemplo de esta inquietud fue la transformación constante de la Avenida 20, una arteria vial que desde las primeras décadas del siglo XX se convirtió en un icónico urbano que al mismo tiempo era espejo del desarrollo socio económico de la capital larense.
Esta avenida fue creciendo en tiendas de todo tipo y la afluencia de personas y vehículos desbordó sus posibilidades físicas, por ello en 1964 el Concejo Municipal decide ampliarla, proceso que culminó el año 1968. La Veinte, como familiarmente la llaman los barquisimetanos ha tenido otros nombres como Avenida Nueva, Lara y Bolívar y con todo y la sonoridad de estas denominaciones, el pueblo la llama la Veinte y eso le puso sello ciudadano.
Muy cerca de la avenida 20, en la veintidós y la veintitrés se conformó un mercado improvisado de productos del campo, de nombre El Manteco, el cual tomó este nombre de un tocuyano que se instaló en la ventidos para vender chicharrones de cochino y siempre andaba embarrado de manteca, el señor de apellido Cuicas con su oficio y apariencia le `puso etiqueta a un importante sector de la ciudad de Barquisimeto.
El Manteco era una exuberancia de colores vegetales, de frutas y verduras que traían los agricultores de diferentes partes del estado Lara. Olores que se confundían con el del cuero, los sacos de maíz, el papelón, las hierbas medicinales y el vapor de la batalla del sol contra el asfalto.
Cuando en 1968 se inaugura la ampliación de la Avenida 20 muchos entristecieron por el derribo de los cien arcos que como portales milenarios daban entrada a la magia del consumo, pero muy pronto las grandes vidrieras con su muestrario de las nuevas modas de las grandes metrópolis y una aceras anchas que permitían el disfrute visual de prendas y objetos traídos de los pináculos civilizatorios impregnaron de fiesta a una Avenida Veinte que era como tener a Nueva York compartiendo escena con el mundo campesino contenido en El Manteco.
Tanto la Avenida 20 como El Manteco empujaron a nuevos escenarios de progreso, operados por el sector privado de la economía. Fuerza social que organizada en gremios empresariales, sindicatos, colegios profesionales y centros culturales, dieron paso a un auge importante de Barquisimeto, lo cual aguas abajo se transformó en modernos niveles de vida para toda la sociedad.
A este respecto en el Movimiento DECODE adelanta un proyecto para rescatar del olvido todo este empeño ciudadano, el cual es orgullo de todo el Estado Lara. Al proyecto lo hemos titulado Memoria Ciudadana en Acción.
Jorge Euclides Ramírez