El dirigente opositor venezolano Edmundo González Urrutia expresó su profundo pesar por el asesinato del precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay, quien murió la madrugada de este lunes tras permanecer dos meses en estado crítico a consecuencia de un atentado armado.
Uribe Turbay, senador del partido Centro Democrático y figura emergente de la política conservadora, fue atacado el 7 de junio durante un mitin en Bogotá. Recibió dos disparos en la cabeza y uno en la pierna izquierda, lo que lo mantuvo en cuidados intensivos en la Fundación Santa Fe de Bogotá.
Un desenlace trágico tras semanas de lucha
Pese a múltiples intervenciones quirúrgicas y un breve período de mejoría, su estado siguió siendo crítico. Según informó el centro médico, su deceso se produjo a la 1:56 de la madrugada de este sábado (6:56 GMT), luego de que una hemorragia en el sistema nervioso agravara su delicada condición.
“Es duro aceptar que la violencia política acabe con la vida de alguien que solo quería trabajar por una Colombia mejor. También es duro reconocer que la lucha por las libertades y los derechos siga costando vidas en nuestros países”, señaló González, quien fue candidato presidencial en Venezuela en 2024 y actualmente se encuentra exiliado en España tras denunciar fraude electoral.
Un encuentro marcado por la defensa de la democracia
González recordó que conoció a Uribe en octubre de 2024, durante una visita del colombiano a Madrid. “Hablamos largo sobre Venezuela, sobre la democracia y sobre los problemas de su país. Miguel los asumía sin rodeos, pero siempre pensando en cómo resolverlos”, relató.
El líder opositor destacó la formación y los principios que guiaban al político colombiano: “Me habló de su mamá, de su abuelo y de su abuela, y de la huella profunda que dejaron en su manera de ver la vida. Decía que la defensa de los valores democráticos estaba en su ADN. Se le notaba”.
Violencia política: un riesgo que se expande
En su mensaje, González lamentó que “la violencia política acabe con la vida de alguien que solo quería trabajar por una Colombia mejor” y alertó que “el autoritarismo y la violencia se expanden, cuando lo que debería prevalecer es un sistema de libertades y bienestar”.
Subrayó que “la democracia no se defiende sola, necesita de quienes la sostienen, y protegerlos es una responsabilidad de todos”, enviando un mensaje de solidaridad a la esposa de Uribe, María Claudia, a sus hijos y familiares.

Un crimen que sacude a Colombia y la región
La muerte de Miguel Uribe Turbay, de 39 años, ocurre en medio de un clima de creciente polarización política en Colombia y se suma a la lista de atentados contra figuras públicas en América Latina. Su caso reaviva el debate sobre la seguridad de los líderes democráticos en la región y el impacto de la violencia política en los procesos electorales.