Mientras que comunidades enteras se vuelcan a las calles de diferentes sectores del estado por los problemas que les ocasiona la situación irregular en el suministro de agua, en el sector El Sisal de la parroquia Juan de Villegas, sufren porque este líquido se derrama en cantidades desproporcionales.
Un bote de agua emergió de las profundidades de la calle B del sector ubicado en las adyacencias de la avenida Florencio Jiménez, habitantes de ese lugar han tenido que convivir con la molestia que genera el continuo flujo de agua que corre calle abajo.
«Hemos llamado infinidades de veces a Hidrolara y no han venido», dijo Alexander González, uno de los vecinos que tiene el bote en frente de su casa, «al llamar, nos han dicho que en este momento no hay cuadrillas disponibles o que debemos esperar que se hagan más reportes para que el problema sea atendido».
Debido a esto, miembros de la comunidad dispusieron llamar a la hidrológica larense para «hacer fuerzas» y conseguir respuestas sobre el caso; sin embargo, una semana ha pasado desde que hizo aparición el bote y no han acudido al lugar.
Mientras tanto, decenas de litros por segundos son expulsados a la superficie en un problema que se ha vuelto recurrente, «hace tres meses vinieron a reparar la misma tubería», explicó la señora Lulú Silva de Granadillo, «en la ocasión anterior, repararon la fuga pero dejaron el hueco sin asfalto», comentó quien tiene su hogar al frente del bote de agua.
Por ello, Silva indicó que las consecuencias del polvo que levantaban los vehículos le afectaban su salud, así decidió hacer una inversión a cuenta personal para tapar el hueco que había dejado la empresa responsable de los sistemas de agua del estado, «gasté 1.500 bolívares para taparlo con cemento», expresó.
Al parecer, la irregularidad habría quedado resuelta en la comunidad, sin embargo, con la fuga que se originó hace siete días, las molestias vuelven a hacerse presente en una zona que, además, debe sobreponerse a otros inconvenientes en su día a día.
Inseguridad
Alexander González lamentó el hecho que se ha presentado en las calles del sector. Según el habitante de la zona, la delincuencia se apoderó de El Sisal. «Antes, se podía dejar un carro abierto durante la noche y no pasaba nada, ¡ahora no queda ni el carro!», exclamó.
Vecinos acusan que los actos delictivos son presuntamente estudiantes de un liceo cercano que, al salir de sus responsabilidades estudiantiles, merodean el sitio en busca de delinquir.
Los afectados hacen un llamado a los organismos de seguridad para controlar la situación.
Foto: Emanuele Sorge
