Hora de la unidad orgánica

Es natural que una gallina forme un alboroto, cuando pone un huevo; como es lógico que un mal gobierno haga un escándalo, cuando las circunstancias lo obligan a cumplir deberes. Aquélla, por el instinto de conservar su especie; y éste para hacerle creer a los beneficiarios que su “generosidad” –la del gobernante respectivo- y su “altruismo” estuvieron de por medio.
Pues bien, eso que llaman “revolución bolivariana socialista” –que nada tiene de bolivariano y muy poco de socialista-, cada vez que “pone un huevo”, yendo más allá del abuso, hace dos o tres cadenas de radio y televisión para que todos podamos enterarnos del “cacareo”. Es esto lo que ha sucedido con el aumento del salario a los médicos, los profesores universitarios y al magisterio. Ya lo explicaremos.
En esta oportunidad, como en ninguna otra, desde que los castrocomunistas tomaron el poder, se puso de manifiesto la unidad, por lo menos funcional, de esos tres sectores laborales del país. Frente a la resistencia y la contundencia de los médicos, primero, y de los universitarios, después, el gobierno se vio obligado a escucharlos, a sentarse con ellos y a concertar parte de la deuda acumulada con dichos profesionales.
Estos ejemplos empezaron a despertar al magisterio de los otros niveles de la educación. Y a esta posibilidad la “revolución” le tiene pavor. A un magisterio más unido y dispuesto a “echar pa’lante”, el gobierno le tiene tanto miedo como a la actualización del precio de la gasolina. ¡Sabe de lo que es capaz el magisterio unido, en la calle, resteado y dispuesto a ejercer sus derechos!
Pretendemos, con estas reflexiones, colocar en la palestra pública, una vez más, el poder de los trabajadores, cuando éstos deciden luchar juntos. Sin embargo, debemos pasar, cuanto más pronto sea posible, de la unidad funcional a la unidad orgánica.
@UrdanetaAguirre