Luego de la regulación de los huevos, es casi una odisea poder comprar un cartón, pese a que su precio descendió un poco más del 50%. El rubro prácticamente desapareció de los anaqueles de supermercados, abastos y bodegas.
En un recorrido por el centro de Cabudare, capital del municipio Palavecino, se pudo verificar que las demandadas posturas de gallina, ya pasan a ser otro producto de primera necesidad escaseado en la jurisdicción.
Juliette Shkirko, propietaria de una charcutería en pleno centro de Cabudare, vendía semanalmente unas 300 cajas de huevos.
Declaró que para el momento de la regulación tenía en su negocio 200 cajas, adquiridos en 820 bolívares cada cartón para expenderse en 895.
“En menos de 12 horas, tuvimos que venderlos a 420 bolívares, lo que significó una gran pérdida, pese a que el distribuidor dijo que facturaría a precio regulado los nuevos pedidos”, resumió.
A cuenta gotas
Asimismo, Shkirko explicó también que los pedidos anteriormente eran de 200 a 300 cajas de huevos cada siete días, ahora el producto lo distribuyen “a cuenta gotas”, despachando solo 50 cajas, lo que se ha hecho insuficiente para la demanda.
Relató que su negocio proveía a los pequeños expendedores y bodegas del municipio, por lo que se vio en la penosa necesidad de reducir las ventas al mayor para tratar de cubrir el detal.
Señaló que el mismo día que llega el pedido, se venden las 50 cajas que contienen 12 cartones para un total de 360 unidades.
El flete desde la planta hasta Cabudare también se incrementó, pasando de siete mil a diez mil bolívares.
Este jueves, se observaron largas colas en varios abastos de Cabudare, a donde llegaron camiones con pasta, aceite y champú. En otros llegó harina de maíz, arroz y papel sanitario, pero siguen escaseando la otra gran mayoría de alimentos regulados, incluyendo el gas doméstico, que es otro drama en la entidad municipal.
