Domingo negro para Lara

Luis Jiménez disfrutó su trepidante línea por el jardín central, un jonrón de dos carreras que volteó la pizarra, 4-3, para Caribes. En el séptimo el bobareño había iniciado la rebelión de dos marcas cuando Lara ganaba 3 por 0. El octavo ha sido difícil en las dos derrotas de la semana para los pájaros rojos. Sin estructura para los actos finales, se dependió de Jhondaniel Medina, quien abrió con boleto frente a Orlando Arcia, el único que enfrentó. Más adelante no se concretó un doble play con rolata cómoda al pitcher y eso le dio el turno clave a Jiménez. Entre el séptimo y el octavo trabajaron hasta seis tiradores por el bando crepuscular contra una tribu cuya alineación no perdona fallas. Lara tuvo sólo un gran inning frente a los lanzadores indígenas, haciendo dos rayitas en el sexto. Temprano Carlos Rivero había volado la barda con su quinto cuadrangular. Williams Pérez estuvo insufrible en su labor reivindicadora de la campaña. Apertura de alto nivel. Sesenta y nueve envíos con mucho veneno, cuarenta y cuatro de ellos en strikes racionados en sinkers, cambios y sliders. Su bola rápida llegó muy temprano, de allí los nueve ponches propinados, en un total de trece que recibió Caribes en la jornada. Su demostración concluyente fue en el tercero, con corredores en tercera y segunda sin outs. Se creció ponchando a Amarista y a Orlando Arcia para sacarle una fácil rolata a Reyes. La buena noticia en medio de la derrota fue la magnífica salida del acarigüeño, dándole mayor fortaleza a la rotación crepuscular. Cardenales no jugó con su elenco completo. Montero está enfermo y Vargas recibió permiso especial. Luis Avilán llegará mañana para reforzar un bullpen que necesita otro zurdo con urgencia, mientras se hacen gestiones para ubicar un cerrador estelar. Sigue la espera por Luis Valbuena, el siniestro requerido para darle profundidad a un ataque que otra vez fue superior al oponente, tronando hasta nueve indiscutibles. Cardenales tratará de sacar la división de honores con el zurdo César Jiménez, en el volátil parque de la escuadra anzoateguiense.