En estos tiempos, cuando la sociedad venezolana se encuentra agobiada por la violencia y los estragos de la difícil situación económica, es necesario encontrar la forma de salir adelante, de sobrellevar el impacto de los conflictos que se generan a diario. Por ello, el próximo miércoles 11 a las seis de la tarde, la Sala Alternativa de la Fundación Juan Carmona ofrece la conferencia Resiliencia: una herramienta para la adversidad.
La actividad se realiza en marco del programa Aula Abierta al Ciudadano.
La ponencia estará a cargo de la investigadora María Gómez, médico decana de la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), para quien la resiliencia es una capacidad o cualidad del ser humano no sólo para enfrentar situaciones difíciles sino también superarlas y crecer a partir de esas experiencias.
La especialista explicó que el ser humano puede expresar tres formas de respuesta en los momentos difíciles: la evasión del problema, el sufrimiento constante y la confrontación del problema en la búsqueda de la superación. En personas como el corredor Maickel Melamed, quien a pesar de haber nacido con severo “retraso motor” ha participado en prestigiosas carreras como la maratón de Nueva York, Gómez ve ejemplos claros de resiliencia. La víctima del holocausto nazi, Anna Frank y la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, quien desarrolló una ferviente lucha en favor de los derechos humanos en medio de la represión militar que vivía en su país, son también testimonios del uso de la resiliencia.
Compañía indispensable
Aunque la conferencia coincide con el décimo aniversario de los hechos que desencadenaron la inestabilidad política de 2002, el evento no se encuentra enmarcado dentro de la conmemoración de esta fecha. Sin embargo, Gómez reitera la necesidad de afrontar los problemas, por más grandes que éstos sean, y luchar por superarlos y salir adelante.
En la adopción de la resiliencia como técnica para afrontar los momentos de crisis, es necesario contar con factores de protección, entre los cuales está tener personas que puedan servir de apoyo, ya sean del entorno familiar o de la comunidad. “Un docente puede ser un factor de protección, por ejemplo”.
De acuerdo con los más avanzados estudios en materia de resiliencia, lo que más se necesita es contar con un vínculo afectuoso con otras personas. Incluso desde los tres años de edad es vital que la familia ayude a los niños.
