Agarra lo que te den, el voto es secreto

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Como la necesidad del pobre siempre está presente, se aprovechan de sus carencias para humillar y valerse de la debilidad de aquellos quienes, pusilánimes y disminuidos de espíritu, pueden ceder ante tan infame esquema de presiones y subterfugios.
Ya no se trata solamente de la aplicación del apartheid intimidador al estilo Tascón, o del nariceo arepero a partir de un sueldo de burócrata, o de las dolosas contrataciones en la compra de bienes y/o servicios.
Ahora te generan la necesidad, aun cuando no la tengas, creando una escasez artificial al monopolizar la importación, distribución o venta de medicinas que, luego, “muy generosamente”, encontrarás en las farmacias del gobierno o en las que hacen las veces de tales y, además, te las regalan para que los pobres de espíritu y del bolsillo sientan la agradecida necesidad de votar por quien hace posible este milagro distributivo de amor a la manganza, el gratisñan facilongo y la vieja golilla corruptora.
De esta forma, el daño moral causado a nuestra juventud es doble: por una parte se la acostumbra a creer en la gratuidad sin esfuerzo, a nombre de una supuesta minusvalía económico-social y, por la otra, se la acostumbra a identificar la política y sus actitudes con intereses materiales y no con ideales.
Ni que hablar de la tan mentada Misión Vivienda: El aguaje en la construcción es un espectaculo para tontos e ingenuos creyentes en las bondades de la lotería. Apilan los ladrillos en plena vía publica e interrumpen el tránsito por las avenidas principales para impresionar así a los pobres de espíritu y hacerles creer que están construyendo todas las viviendas del mundo. Después distribuirán el mismo numero de viviendas de siempre pero pondrán a funcionar la “hegemonía comunicacional” de Rizarrita para hacerle creer a algunos que se creen vivos, que los próximos en tenerlas serán ellos.
Lo que te ofrezcan es tuyo, te corresponde por ser ciudadano y en ningún caso se trata de una dádiva personal de Chávez ni del PSUV. Los dineros del fisco son de todos los venezolanos y no son propiedad personal de Chacumbele; que los administre como si fueran suyos es otro cantar, por ello tendrá que rendir cuentas más tarde o más temprano.
La verdad verdadera es que hay que aprovechar la “viveza” de los actuales gobernantes, quienes creen que todos somos tan comprables como ellos y que pueden, de esa forma, asegurarse el voto de los ciudadanos concientes. Ante tal perversión e ignominia la consigna es: “Agarra lo que te den, el voto es secreto”.
De cualquier forma el prestigio de Chávez es un prestigio que se fue y no volverá.

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