Sin techos protestan por “casa digna”

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Un total de 50 personas están instaladas en el edificio donde alguna vez funcionó la antigua clínica Yacambú, en la calle 35 entre carreras 18 y 19, al suroeste de la ciudad.
Esta clínica fue propiedad del doctor Lino Arévalo, quien la fundó en 1952, luego de retirarse como director del Hospital de Tucacas. Sus actuales dueños, 7 hijos que han formado la asociación Arévalo Bello, ahora tienen miedo de perder la infraestructura que perteneció a su padre desde hace 70 años.
“El pasado sábado en horas de la mañana entraron un grupo de personas quienes violentaron la cadena para instalarse dentro del edificio”, dijo María Arévalo, quien vive en la casa familiar que está justo a lado del edificio ocupado.
Según María, al principio ingresó un grupo pequeño de personas que, conforme fue pasando el tiempo, se multiplicaron en número para llegar casi al medio centenar de ocupantes.
Por su parte, Erika Pérez, es una de las personas que ingresó al edificio como ocupante, ella junto a un grupo numeroso de personas, alegaron que tienen “14 días desde que ingresaron al edificio”, versión que fue desmentida por María Arévalo, quien expresó que “desde el sábado pasado inició la ocupación”. Lo cierto es que, la entrada de la edificación se encuentra cerrada con cadena y candado, mientras que adentro, familias conviven con niños, adolescentes, mujeres embarazadas y ancianos.
La familia propietaria del inmueble mostraron los documentos que los acreditan como dueños del edificio, “nosotros pagamos los impuestos, estamos al día con todo”, dijo Fabio Arévalo, otro de los hijos de la familia asociada.
Según los nuevos inquilinos, la propiedad carecía de uso desde hace 14 años, y era “fuente de actos lascivos, consumo de drogas, nido de atracadores…”, expresó uno de los ocupantes quien no dio su identificación alegando que no estaba autorizado para declarar, sin referir qué autoridad superior le confiere esa voluntad. Por su parte, ambos integrantes de la familia Arévalo indicaron que, aunque la edificación no se usa desde hace una década, existían planes de inversión para recuperar sus funciones de centro hospitalario privado, “teníamos aprobado un crédito para echar a andar la clínica de nuevo”, dijo Fabio.
Quienes hoy se refugian en el edificio, y desde ayer cuentan con los servicios básicos, explicaron que esta es una medida de presión para que “el Gobierno Nacional nos dé la casa que queremos, no pensamos quedarnos aquí, simplemente queremos que nos entreguen casas”, expresó el anónimo, quien dijo que, “no saldremos sin una llave en la mano”.

Fotos: Daniel Arrieta

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