Desde que el Banco Central de Venezuela (BCV) publicó el Convenio Cambiario Nº 20, que permite la apertura de cuentas en divisas en bancos nacionales para empresas y personas naturales, mayores son las dudas que las certezas en torno a los beneficios que esta decisión traerá para la economía del país.
El nuevo convenio establece que las personas naturales y jurídicas residenciadas en el país “podrán mantener cuentas” en los bancos universales en divisas, provenientes de la liquidación de bonos adquiridos mediante transacciones en el Sistema de Transacciones de Títulos en Moneda Extranjera (Sitme).
Para el economista y asesor de la Cámara de Comercio del estado Lara, Gerardo Álvarez, diferentes escenarios obligaron al ejecutivo nacional a tomar esta decisión.
En primer lugar, Álvarez catalogó la medida como una estrategia inteligente de los asesores económicos del ejecutivo nacional, por cuanto la decisión representa una devaluación disfrazada de flexibilización cambiaria. “Hoy más que nunca Venezuela está sumergida en importantes desequilibrios macroeconómicos que afectan la precaria salud económica del país. Podríamos asegurar que tenemos una economía contradictoria pues somos unos de los Estados más ricos de Latinoamérica pero con los niveles de pobreza más altos de la zona”.
Explicó el especialista que elementos como inflación, pobreza, subempleo, desempleo, escasez de productos alimenticios, aumento de las importaciones, dependencia petrolera, precariedad de la salud, de la vialidad, problemas de infraestructura hospitalaria y educativa, ratifican las contradicciones de la economía nacional. “El 80% de la población gana menos de tres salarios mínimos, y sólo un 20% gana más. El Convenio cambiario Nº 20 es una decisión muy astuta e inteligente de los asesores económicos del Gobierno para tratar de disimular las situaciones antes descritas”.
La diferencia entre el dólar oficial y el dólar paralelo es de al menos un 100%. “Hoy en día no hay nada más débil que un bolívar fuerte. Pdvsa será el principal beneficiado con el convenio pues el artículo 4 señala que las empresas públicas que obtengan divisas por exportación podrán destinar hasta 5% del saldo promedio mensual a la adquisición de bonos a través del Sitme. En pocas palabras, Pdvsa acudirá al mercado internacional a comprar bonos de la deuda pública a 4.30 bolívares por dólar oficial, las traerá a Venezuela y las venderá al Sitme a 5.30 bolívares”.
En este contexto, la empresa del Estado podrá obtener ganancias adicionales por cada dólar vendido y hacer frente a sus enormes compromisos económicos que hasta el 31 de diciembre de 2011 superaban los 13 mil millones de dólares.
Devaluación encubierta
Los expertos económicos coinciden en que este año el ejecutivo nacional debía devaluar la moneda. “El Presidente sabía que si devaluaba este año generaría consecuencias perniciosas sobre la economía y daría al traste con el objetivo de disminuir la inflación al 22%. Como se ha venido observando, Cadivi no satisface la demanda de divisas de empresas y la población, y de hecho su actividad de vender dólares ha venido disminuyendo, incluso el BCV lo ha reconocido. Por ende, Cadivi tendrá como válvula de escape al Sitme e implícitamente la demanda de divisas va a emigrar de 4.30 a 5.30 bolívares”.
Como el convenio Nº 20 afectará al Sitme y no a Cadivi, el ejecutivo nacional no permitirá un incremento de precios sobre los bienes. “El Gobierno está devaluando sin que pueda afectar directamente a los precios porque no son dólares estratégicos”.
En este sentido, Álvarez considera necesario que las autoridades nacionales y el BCV presenten claridad operativa del convenio, por cuanto ni siquiera la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) conoce el mecanismo.
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